Un poco de sinceridad es cosa peligrosa; mucha sinceridad es absolutamente fatal
¡Indiscreción!, cuánta es tu fuerza, que conviertes en ruinas lo que sólo era favor y complacencia. GOETHE, en su obra, Los Años de Peregrinaje de Guillermo Meister, nos dice: “La importancia de los discursos y acciones más inocentes crece con los años y a quienes veo más tiempo a mi alrededor intento hacerles comprender la diferencia que existe entre sinceridad, confianza e indiscreción o más bien que no hay diferencia alguna y que entre lo más inocuo y lo más nocivo sólo hay una sutil transición que es preciso advertir o mejor aún sentir… Y en esto hemos de ejercitar nuestro tacto o correremos el riesgo de que se nos escape inopinadamente el favor de los demás por la misma vía por la que nos la habíamos granjeado. Esto es algo que uno mismo va entendiendo en el curso de la vida, aunque sólo tras haber pagado cara la lección, a un precio que, por desgracia, no les podemos ahorrar a nuestros descendientes”.
¡Ya nos ganamos el favor de algunas personas! Es decir, nos ganamos su simpatía y su ayuda, pero nuestra indiscreción y prisienta lengua hirió la confianza de los que nos han ayudado. Es tan pobre nuestra sensibilidad, que no creemos que el caer en la Indiscreción constituya un dardo envenenado que puede herir de muerte la simpatía y afecto de quienes nos depositaron su confianza. Ser sinceros es una buena cualidad, sólo que con mucha frecuencia confundimos esta prenda con nuestros deseos de hablar de más e incuso de lastimar.
El novelista Irlandés ÓSCAR WILDE, acertó al escribir: “Un poco de sinceridad es cosa peligrosa; mucha sinceridad es absolutamente fatal”.
Tendemos a ser demasiado francos, sin darnos cuenta que nuestra franqueza nos resulta a menudo muy perjudicial, tal y como lo observó el predicador JEAN BAPTISTE MASSILLON: “ Un exceso de franqueza es algunas veces una indecencia, como la desnudez”. La franqueza sin ningún miramiento ni tacto, por lo general enfría o rompe las buenas relaciones entre amigos o entre personas que mutuamente se necesitan, y así lo expresó el dramaturgo Alemán FRIEDRICH VON SCHILLER: “Quien no me necesita para nada, bien podría decirme la verdad”.
La sinceridad sin tacto, sin una respetuosa sensibilidad, corroe el buen ánimo de quienes nos habían dispensado sus favores y ayudas. Y faltar a la confianza de alguien por darle salida a la traidora y vana Indiscreción, extingue la simpatía y deseos de favorecernos y todo por nuestra torpe y malsana Indiscreción. Es tanto el daño que la Indiscreción nos ha causado y nos causará en el futuro, que el precio que pagamos por esta forma de locura insensata, que como dice GOETHE, “no les podemos ahorrar a nuestros descendientes”, el daño que les hemos causado con nuestra Indiscreción.
“Necio es- dijo CERVANTES-, y muy necio el que, descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que calle”. El Rey SALOMÓN, hijo del Rey DAVID, sentenció: “El corazón del insensato publica, en voz alta, sus pensamientos”.
Tenemos que comprender, nos dice CRITILO, que la confianza está construida de un delgadísimo cristal y que sus fibras más íntimas son las del propio corazón del que confía. Por esto, nos dice GOETHE, “que es preciso advertir o mejor aún sentir” entre esa sutil transición que se da cuándo de lo que pensamos que nos es dañino, se convierta en un verdadero daño y esto puede suceder cuando con nuestra indiscreción cortamos las sangrantes fibras vasculares del corazón que nos da su confianza.
El historiador Romano TÁCITO, escribió: “La fe, la libertad y la amistad son los principales bienes del hombre”; pues bien, la Indiscreción atenta contra la fe depositada y viola la amistad y la confianza. Si ya hemos ganado el favor y ayuda de algunas personas, nada más inteligente y leal que hacer de la confianza dada a nosotros, un templo sagrado. Mantengamos siempre a raya a la indiscreción, venenosa víbora que puede causar gravísimos daños, ordenándoles a nuestros dientes y labios, ser los carceleros de nuestra frívola y arruinadora lengua.
Agradeceré sus comentarios: palabrasdepoder@yahoo.com.mx