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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

En lugar de quejarnos por que la rosa tiene espinas, me felicito de que la espina esté cubierta de rosas y que la zarza lleve flores

Todos nosotros, sin excepción alguna, nos encontramos en una determinada situación y estado en nuestra vida. Nuestras situaciones existenciales pueden cambiar para bien o para mal, y de hecho, están cambiando permanentemente, pero aún así, siempre en el tiempo presente estaremos inmersos en una situación particular de vida.

Podemos estar o no de acuerdo con nuestras actuales circunstancias, sólo que siempre habrá una gran diferencia entre “aceptar” nuestro actual estado de vida, con el hecho de estar “conformes” con ese estado. Aceptamos nuestras circunstancias cuando las aprobamos, las admitimos y nos parecen agradables. En cambio, nos conformamos con nuestro actual estado de existencia, cuando nos ajustamos y acomodamos a nuestro estado actual. La aceptación está alimentada por un sentimiento de alegría, mientras que la conformidad está afectada por un sentimiento de resignación ante las adversidades.

Somos ciegos ante el hecho contundente de que la vida nos ofrece a todos (en los diversos estados de cada uno) una anchura, gustos, deleites y oportunidades, siempre y cuando se haga la luz en nuestros corazones, de no juzgar por mala y deficiente la situación en que nos encontramos. No se trata de ningún autoengaño barato, sino ante una de las realidades más asombrosas para todo ser humano: que en nuestros actuales estados y circunstancias, la vida por lo general, se nos muestra rebosante de abundancia. GOETHE, en el Tercer tomo de su obra, Arte y Antigüedad, escribió: “Por más trivial que parezca, por mucho que dé la impresión de contentarse fácilmente con lo habitual y cotidiano, la vida sigue conservando y fomentando siempre, en un plano íntimo, ciertas exigencias mayores, e intenta procurarse los medios para satisfacerlas”.

Cada persona, cuando ha aceptado su vida en lo general, es arrastrada por la corriente bienhechora de la vida, que le muestra sus riquezas y oportunidades y así, en la aceptación cada individuo va alimentando una serie de exigencias para mejorar su estado. Cuando la persona parte de la aceptación y no de la conformidad resignada, la vida le ofrece el milagro de irle mostrando los medios para obtener sus anhelos de acuerdo a las limitaciones de sus circunstancias. Se produce el poderosísimo efecto a que se refería NIETZSCHE, cuando escribió: “El que tiene el qué, encontrará los medios para alcanzarlo”.

Nuestras vidas son mucho mejor de lo que pensamos y esta idea todos la hemos advertido, por desgracia, demasiado tarde. Si no, veámoslo: ¿qué acaso cuando hemos volteado para atrás de nuestra existencia, no pensamos y sentimos que en muchas ocasiones fuimos muy felices, pero que hasta ahora nos hemos dado cuenta de ello? Si no queremos seguir lamentándonos en el futuro de lo felices que ahora somos, aunque no lo reconozcamos, mucho bien nos haría el meditar la sentencia que en cu obra, Pensamientos, escribió JOUBERT: “En lugar de quejarnos por que la rosa tiene espinas, me felicito de que la espina esté cubierta de rosas, y que la zarza lleve flores”.

Dentro de un estado de aceptación podemos partir para meternos más de lleno en la vida, que nos tiene reservados muchos goces y deleites, sólo que no los vemos porque vivimos en un sentimiento de conformidad resignado y amargo. Recordemos que toda resignación termina en un sentimiento de autodesprecio y de odio a la vida. Dentro de nuestras circunstancias, la vida nos puede colmar de muchísimas oportunidades, siempre y cuando sepamos el tamaño de nuestras limitaciones y de que dentro de esos límites, podamos ensanchar nuestra vida, como si se tratara de una vida elástica que nos puede dar mucho más de lo que tenemos. Esta idea la expresó muy bien el humanista español LUIS VIVES, quien en su obra, Introducción a la Sabiduría, escribió: “¡Oh, bienaventurado el que solamente desea lo que está en su mano de alcanzar! ¡Oh, cuán trabajosa servidumbre es desear lo que no está en nuestra mano!”.

CRITILO nos pide, que no juzguemos por mala y pobre la vida que tenemos y que sí en cambio, nos metamos de lleno en nuestra existencia, haciendo del fenómeno de la naturaleza, a nuestro mejor aliado. Si observamos detenidamente las múltiples opciones que la vida nos da, cada observación detenida creará un nuevo órgano en nuestra conciencia. Si logramos aumentar el grado de nuestra conciencia, nos daremos cuenta que la vida ya está lista para que nosotros entremos en una relación activa con ella: nuevos trabajos, actividades, relaciones afectuosas, mejoramiento de lo que hacemos, deleites de nuestros sentidos; todo esto la vida está dispuesto a dárnoslo en charola de oro. ¿Aceptemos nuestro actual estado de vida, ensanchémoslo dentro de nuestras posibilidades y jamás juzguemos como mala nuestra existencia? Si hacemos esto, nuevas luces alumbrarán nuestra existencia.

Agradeceré sus comentarios: palabrasdepoder@yahoo.com.mx

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