Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

SABIDURÍA DE LA BIBLIA

“La gloria de los antepasados es Ley en los descendientes”, escribió el historiador romano SALUSTIO. La especie humana se hubiera extinguido sin el consejo de los ancianos. Durante cientos de miles de años nuestros antepasados se guiaron siempre por el consejo de las personas de más edad. Inclusive, actualmente hay tribus de aborígenes en las que las personas de mayor edad tienen la última palabra en sus comunidades. Hoy en día, enormes sociedades como en China, por ejemplo, los ancianos son muy respetados y son los guías de las familias.

En muchas especies de animales, los de mayor edad son los jefes y por ejemplo en los elefantes, los de mayor edad no son expulsados por elefantes más jóvenes y fuertes, como sí sucede con los leones. Nuestra actual sociedad de consumo, nuestra sociedad salvajemente capitalista, no sólo rechaza a los ancianos, sino que muchas veces los segrega y abandona. Para nuestra sociedad capitalista, las personas de mayor edad son consideradas como una carga económica, como una desventaja competitiva y de esta monstruosa visión se deriva que la sociedad de consumo se opone a los subsidios y ayudas económicas a favor de las personas de mayor edad. Además, el capitalismo adora el dinero, lo nuevo, lo útil, lo reemplazable y por ello desprecia lo viejo y lo que no reporta dividendos económicos.

En el Levítico (20,9), libro de la Biblia escrito en el siglo VI antes de Cristo, dice: “Álzate ante las canas y honra al anciano”. Esta sentencia nos ordena que nos levantemos de pie ante nuestros mayores y que los honremos. Ya el Éxodo en su versículo 20,12, libro de la Biblia, se sentencia: “Honra a tu padre y madre, así prolongarás tu vida en la Tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar”.

Estos versículos del Levítico y del Éxodo nos ordenan que honremos a nuestros mayores. Honrarlos significa que a nuestros padres y a nuestros mayores les manifestemos respeto y consideración. Desafortunadamente, la honra a nuestros mayores es una costumbre que día a día se pierde más en todo Occidente. Inclusive, el incremento de deshonra a nuestros mayores alcanza proporciones insospechadas. Y lo que parecería monstruoso hoy en día en miles de ciudades de China, de muchos países de Oriente y en tribus del Amazonas, como es deshonrar a los padres, cada día es más frecuente en todos los países de Occidente.

CRITILO nos recuerda que a los ancianos les debemos nuestras vidas; ellos nos cuidaron, ellos son fuente de sabiduría, se les han escapado las fuerzas físicas, pero retienen las fuerzas del espíritu y de la sabiduría.

******

La Biblia en el Eclesiastés (7,20), escrito en el año 220 Antes de Cristo, una de sus sentencias dice: “No hay en el mundo nadie tan honrado que haga el bien sin pecar nunca”. Esta sentencia hace referencia a seres humanos moralmente buenos, pero atina al mostrar la imperfección natural del hombre. Ni aún las personas con mayor alto grado de moralidad han estado exentas sin haber obrado mal, inmoralmente, un buen número de veces.

Una de las causas que más atormentan a un elevado porcentaje de personas es su irracional exigencia de pretender actuar siempre y sin excepción de una manera moralmente buena.

Como anhelo está bien, pero ello es prácticamente imposible. Incluso, muchas personas sufren creyéndose malvados porque se les atraviesa por su mente una serie de pensamientos inmorales, incontrolados. Cuando nos dice la Biblia que quien peca en su mente ya pecó como si lo hubiera hecho en la realidad, es una cuestión que no debemos admitir. Todas aquellas personas que por momentos se imaginan escenas inmorales, no están en realidad siendo inmorales, pues sus pensamientos son incontrolados. Cuando temen que estas escenas aparezcan en sus mentes, estaremos hablando de personas con “escrúpulos”, pero no de personas inmorales. El Escrúpulo consiste en la duda o recelo que inquieta la conciencia.

El escrupuloso sufre calladamente y es tanta su vergüenza que siente por lo que considera pensamientos inmorales, que prácticamente a nadie le revela sus sentimientos. El que sufre de Escrúpulo podría curarse en muy poco tiempo si tuviera plena conciencia de lo siguiente: a) Que como bien dice el Eclesiastés: no hay en el mundo nadie tan honrado que haga el bien siempre sin pecar nunca; b) si lo anterior sucede aún en el actuar, con muchísima mayor frecuencia, prácticamente no ha habido ni una sola persona en la humanidad que no haya tenido malas acciones y muchísimos pensamientos que los escrupulosos llamarían inmorales (se entiende, de personas, que puedan pensar); c) que se dé cuenta, que todos los seres humanos, sin excepción alguna, incluyendo a todos los santos, somos imperfectos; d) que cuando aparezcan en su mente lo que ellos llaman malos pensamientos, que jamás luchen contra ellos, pues entre más luchen por apartarlos de su mente, más se clavan en ella.

CRITILO nos sugiere que una excelente manera de vivir más tranquilo, es que aceptemos y nos perdonemos a nosotros mismos de una vez por todas, de ser personas imperfectas. Esta reflexión no es ninguna vía para los excesos, sino un ancho camino para nuestra salud emocional y espiritual.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 290891

elsiglo.mx