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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

La novedad es una luz que tiene la virtud de atraer los ojos y deslumbrarlos

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, en su obra Persiles, afirma:

“La novedad siempre se lleva tras sí los deseos y los ojos”

La Novedad es un estado de las cosas recién hechas o conocidas, es el cambio inesperado en alguna cosa, es un suceso o noticias recientes. Comúnmente decimos: “Hoy trae muchas novedades el periódico”; “Esto sí que es una novedad” y los militares dicen: “Sin novedad en el frente”. Cuando afirmamos que no hay ninguna Novedad queremos decir que no ocurre nada que se salga de la marcha ordinaria de las cosas. Y decimos que cierta persona es muy novedosa, porque tiende a preferir las nuevas cosas, independientemente de que sean o no mejores que las de costumbre.

Es tanto el atractivo de todo lo que se aparezca ante nosotros como nuevo, que el escritor CHRISTIAN FURCHTEGOTT GELLERT, escribió: “Una cosa estúpida, si es nueva, conquista al vulgo”. Comúnmente pensamos que en el campo de las ideas fundamentales para el ser humano, queda muchísimo por crear. Si bien es cierto que esto se aplica para el campo de las ciencias exactas y naturales y la tecnología, no es cierto para el campo del conocimiento del alma humana. Y por esto creemos que nuestro poeta Alemán GOETHE, tiene toda la razón cuando le dijo a su amigo ECKERMANN lo siguiente: “El mundo es tan viejo y durante miles de años han vivido y pensado tantos hombres ilustres, que poco nuevo queda por decir y hablar”.

La realidad, es que la Novedad tiene tal poder de fascinación sobre nosotros, que CERVANTES advirtió admirablemente, que nuestros deseos y nuestros ojos se clavan en la Novedad. ¿Pero por qué razón nos sucede este fenómeno? Seguramente la Novedad no ha ejercido la misma fascinación en todas las etapas de la historia ni en todos los pueblos del mundo. De hecho, en un mismo país hay ciudades de las que decimos que sus habitantes son muy conservadores; es decir, que tienden a mantener sus costumbres durante mucho tiempo. En estas ciudades, la Novedad está muy limitada. En cambio, hay ciudades en las que se da tal heterogeneidad en costumbres, modas y usos sociales, que permite que la novedad encuentre su campo más fértil. Desde un punto de vista poético, pero no por ello no verdadero, todo es nuevo cuando se mira con ojos nuevos. De hecho, podemos tener una idea y abrigar ciertos sentimientos buenos o malos hacia cierta persona. Pero un detalle en su comportamiento o la llegada de pronto a nuestra inteligencia o corazón de una nueva idea o sentimiento hacia esa persona, produce que cambiemos radicalmente, para bien o para mal, acerca de lo que pensábamos o sentíamos sobre esa persona: ahora, nos parece distinta y nueva.

Un poeta Árabe llamado OHMAR, escribió: “Lo nuevo, cosa execrable”. Y el poeta y moralista Español FRANCISCO DE QUEVEDO, escribió: “la novedad es una luz que tiene la virtud de atraer los ojos y deslumbrarlos”. Y el genial filósofo Alemán SHOPENHAUER, en una de sus obras sentenció: “El público prefiere lo nuevo a lo bueno”.

CRITILO nos dice, que de lo que tenemos que estar plenamente conscientes, es del hecho contundente de que todos los seres humanos (unos más que otros) sin excepción, tenemos una tendencia genética a la Novedad, a lo que se sale de lo común y corriente. Muy seguramente, la Novedad “se lleva tras sí los deseos y los ojos”, como escribió CERVANTES, porque nuestros antepasados más remotos de hace tres o cuatro millones de años hasta el actual Homo Sapiens, fueron evolucionando gracias a todo lo nuevo que fueron descubriendo. El hombre a lo largo de su evolución se fue encontrando con nuevos climas, comidas, descubrimientos, encuentros sociales, inventos, etcétera, lo que le permitió a la especie humana el desarrollo de su cerebro, aunque sabemos por recientes descubrimientos, que el inmenso salto cualitativo lo dio el hombre cuando empezó a caminar erguido.

Por esta tendencia genética, lo nuevo nos fascina y deslumbra, aun cuando existan novedades más conservadoras que otras. Pero la realidad es que el deseo de Novedad es lo que impulsó al hombre Griego a crear una etapa hasta ahora inigualable en arte y filosofía. Y la raza humana tuvo que esperarse más de mil quinientos años para conocer otra etapa deslumbrante: el Renacimiento. En Grecia y en Florencia, los seres humanos tuvieron un voraz apetito por lo nuevo, pero se trataba de lo nuevo en la grandeza de la verdad y de la belleza.

Pero CRITILO nos advierte, que en lo personal tenemos que ser sumamente cuidadosos con las novedades que no responden a un real deseo de crecimiento personal, sino que responden al bombardeo propagandístico de nuestra salvaje e inhumana sociedad de consumo actual. Esta sociedad tiene un lema que esconde muy bien, pero que pudiera tener como título el siguiente: “Lo viejo es malo y sólo lo nuevo es bueno”. Esta tendencia ya no está respondiendo a nuestra fuerza genética de superación y adaptación al medio, sino que responde a todo un sistema de sugestión al cambio como apoyo a crear en nosotros una dependencia y una compulsión a comprar todo lo nuevo: cambios de automóvil, de ropa, de parejas sentimentales, de amigos, de lugares, etc.,

CRITILO nos pide que en el campo de la conciencia humana aspiremos siempre a lo bueno, a lo noble, a lo bello y a lo verdadero. Y ninguna guía encontraremos mejor que el pensamiento de los clásicos griegos y latinos.

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