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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

El que soy saluda tristemente al que podría ser

El psiquiatra VIKTOR FRANKL, en su extraordinario libro, Psicoanálisis y Existencialismo, hace una esencial diferencia entre “la Conformación de la vida exterior y la Consumación interior de una persona”. Conformamos nuestra vida cuando la ajustamos y la acomodamos a las circunstancias exteriores, aun cuando esas circunstancias no vayan de acuerdo con lo que consideramos nuestra misión. ¡Por supuesto, que todos, sin excepción alguna, actuamos de acuerdo a las circunstancias, como ya lo dijo el filósofo español ORTEGA Y GASSET. Y en cambio, consumamos nuestra vida cuando atendemos a la voz de nuestro interior que nos indica qué camino tomar y lo tomamos.

Sabemos, que las duras exigencias de la vida y las cargas de responsabilidad que nos impone, a una gran cantidad de personas no les permite la opción de trabajar en aquello que más les gustaría. Pero en cambio, un buen porcentaje de la población, sí tiene la opción entre “Conformar o Consumar su vida”; es decir, que sí pueden elegir entre dedicarse a lo que más les gusta y a lo que sienten que es su verdadera pasión, Consumando su vida o bien, Conformar su existencia a las circunstancias externas aún cuando tengan plena conciencia de que están traicionando el dictado de su conciencia y el ejercicio de sus verdaderas aptitudes.

Pongamos un ejemplo: un médico, que en su interior desea dedicarse a la investigación (suponiendo que este trabajo esté mal retribuido) o a la atención médica de personas pobres y necesitadas, opta al final de cuentas, por el ejercicio de la medicina en una especialidad que no le gusta, pero en la cual obtiene altos ingresos económicos. En cambio, otro médico optó por dedicarse a la atención de personas pobres en alguna colonia marginada o en alguna comunidad rural y lo hace, porque siente que su conciencia le dicta que ésa es su verdadera misión en la vida. Ante la vista de muchas personas, el médico dedicado a lo que siente que no es su vocación, pero que vive en una situación económica de abundancia, les parece un médico exitoso, pero en realidad se trata de un profesionista fracasado, de un médico que siente la más lacerante frustración por haber traicionado su verdadera vocación. Este médico, seguramente, padece de un sordo y triste “vacío existencial”, que no podría llenar jamás con todos sus lujos y riquezas. Y en cambio, el médico que optó por dedicarse a atender una consulta de gente necesitada, parecerá ante muchas personas como un profesionista mediocre, dada su situación económica, pero en el fondo, ese médico siente en lo más hondo de su alma, que es fiel a su genuina vocación. Este médico jamás sentirá ningún “vacío existencial”, pues su vida estará llena de significado.

El primer médico Conformó su existencia a lo exterior y el segundo, Consumó su vida como se lo indicó el interior de su espíritu. Este segundo profesionista, es un verdadero triunfador y no padece de ninguna frustración existencial. El ejemplo de estos dos médicos, lo podemos extender a muchas actividades diferentes.

Todo “vacío existencial” causa trastornos existenciales que jamás podrán curarse si ese vacío no se llena con una actividad significativa por más humilde.

Cuando podemos Consumar nuestra vida y no lo hacemos y por el contrario, la Conformamos al exterior, estamos traicionando nuestra vocación, gusto y aptitudes. En estos casos, se nos aplica la lapidaria sentencia de HEBBEL: “El que soy saluda tristemente al que podría ser”.

Ya el gran poeta Griego PÍNDARO nos había sabiamente aconsejado: “Llega a ser el que eres”. PÍNDARO nos quiso decir que lucháramos por llegar a ser lo que en realidad somos en nuestro interior como potencia. Si potencialmente somos maestros, vendedores, enfermeras, etc., lo más noble de nuestro espíritu nos exige que lleguemos a ser eso y no, carcomidos por la envidia o la codicia, lleguemos a ser abogados, empresarios, médicos, etc.,

CRITILO nos dice, que nos resulta absolutamente indispensable dedicarnos a los dictados de nuestra vocación, aptitudes y gustos, aún cuando dejemos atrás las falsas exigencias de una exitosa actividad económica. Si podemos vivir decorosamente Consumando nuestra vida, estaremos diciéndole un sí a lo auténtico y genuino y seremos personas triunfadoras, aún dentro de una situación económica regular. En cambio, todas las riquezas del mundo, todo el poder político y social, serán espejitos y joyas de fantasía en comparación a la inmensa riqueza de nuestra Consumación del cumplimiento de nuestra vocación y destino. ¡No cambiemos el oropel y el juego de espejos por una vida genuina y autentica! El oropel empobrece el alma, en cambio, lo auténtico, embellece toda nuestra existencia.

Agradeceré sus comentarios: palabrasdepoder@yahoo.com.mx

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