Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

Todos son aptos para hacer bellos proyectos; la dificultad está en la ejecución de los mismos

A muchos nos ha sucedido en algunas épocas de nuestras vidas, que nuestros mejores planos y proyectos se vienen abajo; pero lo peor es que esos fracasos se siguen repitiendo. Frustrados y desconcertados a que las cosas nos sucedan al revés de cómo lo deseábamos, caemos en un estado de desamparo y confusión. Cuando estemos pasando por una situación así, lo mejor es detenernos y pensar qué es lo que hacemos o dejamos de hacer para que nuestros planes se vayan una y otra vez a pique.

Seguramente, uno de los mejores caminos que podamos tomar consiste en observar con todo cuidado y detenimiento la relación que existe entre lo que hacemos y lo que sentimos. Analizar las causas de nuestros reiterados fracasos no es una cuestión que sólo atañe a nuestra conducta, sino a la relación de nuestras conductas con nuestros sentimientos. Aparentemente nuestras conductas en la realización de nuestros proyectos nos pueden parecer adecuadas, pero en el fondo no lo son, pues de lo contrario nuestras cosas marcharían bien.

En la base de todo logro se da una adecuada relación entre lo que hacemos y lo que sentimos. Si esta relación no es eficaz, los resultados tampoco lo serán. Podemos ser muy inteligentes y esforzados, pero si las cosas nos han salido mal, es porque algo está mal dentro de nosotros, no siempre, por supuesto.

¿Cuáles pueden ser algunas de las preguntas que debemos formularnos cuando nuestras cosas no marchen bien? Creemos que deben de ser preguntas que impliquen una serie de sentimientos inadecuados que nos autosabotean sin darnos cuenta de ello.

Una pregunta sería: ¿por qué sigo mostrándome hostil conmigo mismo? Somos hostiles con nosotros cuando nos comportamos como si fuéramos nuestros propios enemigos. ¿Por qué razón nos encargamos de ponernos una zancadilla? ¿Qué imagen tenemos de nosotros y por qué nos vemos tan inadecuados e inferiores? ¿Pretendemos mostrarnos ante los demás como seres desvalidos con la intención de causar lástima y pretender que alguien nos rescate para sentir que valemos?¿Realmente pensamos que si damos la impresión de ser personas desamparadas, causaremos lástima a los demás y despertaremos su amor y protección?

Si se ha apoderado de nosotros uno o más de los anteriores sentimientos, es lógico que nuestros planes y proyectos fracasen una y otra vez, pues aún cuando alguna de nuestras acciones puedan ser las adecuadas, el conjunto de nuestras conductas estarán erosionadas y debilitadas al faltarles la inmensa fuerza que dan los sentimientos adecuados.

En el fondo de esta hostilidad con nosotros mismos, de sentirnos desvalidos, indefensos y de pretender despertar lástima a los demás, se da un mecanismo inconsciente y que consiste en pretender la obtención de ganancias secundarias. Estas ganancias consisten en que con estos sentimientos y estas zancadillas pensamos erróneamente que vendrán personas en nuestra ayuda a rescatarnos de nuestros fracasos y al hacerlo, nos darán la prueba que tanto anhelamos en nuestro corazón: tener la certeza de que valemos como personas. Con nuestra indefensión y desamparo, inconscientemente mandamos el mensaje de que somos inferiores y de que necesitamos la ayuda, comprensión y amor de los demás.

Es obvio que fracasemos en nuestros planes y proyectos cuando nos comportamos como si fuéramos nuestros propios enemigos. Y es que en el fondo, cuando transmitimos sentimientos de este tipo, despertamos en los demás, desconfianza hacia nosotros y en muchos casos, repugnancia.

CRITILO nos ofrece esta reflexión de LORENZO PIGNOTTI. “Todos son aptos para hacer bellos proyectos; la dificultad está en la ejecución de los mismos”. Y la ejecución eficaz no depende sólo de la inteligencia y de la voluntad, sino muy esencialmente de nuestra seguridad emocional y de sentimientos sanos y poderosos y nada más ajeno a esta salud sentimental que presentarnos ante los demás como desamparados, indefensos, desvalidos y deseosos de ser compadecidos y amados.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 299573

elsiglo.mx