¿Para qué fatigar el espíritu débil con proyectos eternos?
GOETHE en su obra, Arte y Antigüedad, escritos en 1820, en una de sus reflexiones escribe: “Pero el error más asombroso es aquél relacionado con nosotros mismos y con nuestras fuerzas cando nos consagramos a algún asunto digno, a una empresa honrosa para la que no estamos capacitados o bien aspiramos a una meta a la que jamás conseguiremos llegar. La tortura digna de Tántalo y Sísifo que allí se origina le resultará a cada cual tanto más amarga cuanto más honesta haya sido su intención. Y sin embargo, cuando nos vemos separados para siempre de lo que habíamos proyectado muy a menudo hemos encontrado ya en nuestro camino una cosa deseable, algo hecha a nuestra medida y con la cual debemos contentarnos, pues para eso hemos nacido”.
Uno de los más graves errores que con frecuencia cometemos, consiste en creer que podemos llevar a cabo todo aquello que nos propongamos. Las modernas corrientes de autoayuda, las modas que propugnan a favor de un pensamiento positivo sin límites, son responsables de hacer creer a muchas personas, que pueden lograr todo aquello que se propongan. Estas corrientes de pensamiento han resultado altamente negativas, pues al no partir de la realidad, aumentan la frustración de quienes pensaban que podían lograr cuanto se propusieran. El poeta HORACIO escribió: “¿Para qué fatigar el espíritu débil con proyectos eternos?”. Y por su parte, DÍAZ DE ESCOBAR dijo: “Cuando era niño formaba un débil castillo de naipes, hoy lo formo de ilusiones y más pronto se me deshace”.
Es muy loable que queramos realizar empresas honrosas y dignas, pero estos dos últimos atributos no pueden suplir nuestra carencia de fuerzas y capacidades para lograr estas empresas dignas y heroicas. Resulta devastador el emplear tiempo y esfuerzo en asuntos que no lograremos sacar adelante porque no tenemos las fuerzas ni las capacidades para ello. Y como bien lo dice GOETHE, más amarga será nuestra desilusión en la medida en que más honesta haya sido nuestra intención. Lo que muchos no sabemos, es que todos podríamos obtener grandes ventajas, bienes y provecho de la vida, si nos dedicamos solamente a aquello para lo que sí somos capaces. GRACIÁN nos dice: “Formidable es un río que halló vado y venerado un barón que conoció su capacidad” y mucha razón tuvo MADAME DE GENLIS, escritora francesa, al haber escrito: “Se exige demasiada capacidad para los empleos menos diestros y demasiada poca para los importantes”.
Es asombrosa la penetración psicológica de GOETHE al decirnos, que “cuando nos vemos separados para siempre de lo que habíamos proyecto muy a menudo hemos encontrado ya en nuestro camino una cosa deseable, algo hecho a nuestra medida y con la cual debemos contentarnos, pues para eso hemos nacido”.
Al no haber alcanzado lo que nos propusimos inicialmente, ya sea por carecer de las fuerzas suficientes o por falta de capacidades para esos asuntos y empresas, por lo general permitimos que anide en nuestro corazón la frustración y el desencanto. Pero hay personas que en ese duro trayecto por lograr metas inalcanzables encontraron en ese camino, una serie de actividades que les resultaron de su gusto, que las llevaron muy bien a cabo y que sus capacidades eran precisamente las adecuadas para esas tareas. Estas personas no se paralizan por la frustración, sino que se muestran agradecidas con la vida al haber descubierto cosas que hacer para las cuales están perfectamente dotadas.
La actitud correcta y más sana al haber descubierto en el camino lo que es nuestro, nos debe llenar de contento, como lo aconseja GOETHE. Si asumimos esta actitud, nuestras acciones nos rendirán un gran provecho y utilidad, pues pocas cosas en la vida son fuente de tanto gozo y felicidad, que dedicarnos a lo que nos gusta y que sí podemos hacer, como lo afirmó el filósofo Griego ARISTÓTELES.
CRITILO nos dice que tenemos que volver a la sabiduría Antigua de los griegos, que es la única que puede salvarnos ante el embate de tantas corrientes de autoayuda y de una civilización que ha estado negando los valores superiores, lo que ha provocado en nosotros una mayor confusión.
GOETHE, fundamenta su profunda sabiduría en los griegos de la Antigüedad y por ello su reflexión que hemos analizado, nos resulta indispensable en estos momentos en que la sociedad de consumo y la pérdida de valores de nuestra civilización ha empobrecido nuestras vidas al querer demostrarnos que el cielo terrestre consiste en el éxito a toda costa, el dinero y la competitividad.
