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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

Es peligroso abandonarse a una excesiva aflicción

La Tristeza es un sentimiento de aflicción, pesadumbre o melancolía. El escritor AMIEL escribió: “Es peligroso abandonarse a una excesiva aflicción; ésta suprime totalmente el valor en nosotros y aun en todo deseo de remedio”. En su excelsa obra el Quijote, CERVANTES escribió: “Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”.

Toda persona triste se siente con el ánimo deprimido y tiende a llorar, ya sea por sus propias penas o por las de otros. La Tristeza es un sentimiento que todos podemos identificar. Este sentimiento nos arrastra a la melancolía y al desgano. Quien está triste, no puede a la vez estar enojado y su tendencia es al aislamiento y a la inacción. A veces, dentro de nuestros propios éxitos nos sentimos tristes, como si algo nos indicara que ese triunfo no se debió a nosotros o bien, que la victoria nos traerá alguna mala consecuencia.

La enorme inteligencia de QUEVEDO captó esta idea muy bien, al escribir: “La misma tristeza inventa por sí misma muchos motivos de sentimientos”.

Son los más grandes novelistas quienes describen genialmente cómo una serie de sentimientos surge a partir de un sentimiento distinto. Por ejemplo: si sentimos que se nos ofende, no solamente podemos sentir coraje, sino que nuestro sentimiento de orgullo se verá herido y una vez que se ha lastimado nuestro orgullo, nuestro resentimiento contra el ofensor podría ser más grande que nuestro propio coraje. O bien, si se nos humilla podremos en un principio sentir pesadumbre e importancia, pero más tarde podremos sentir odio y deseos de venganza.

Por lo general, un sentimiento que nazca en nosotros no aparece, se desarrolla y termina, sino que da origen a otros sentimientos o bien, un sentimiento original de cierta dimensión podremos atenuarlo o intensificarlo. Por esto, el filósofo VOLTAIRE decía que la Tristeza es una enfermedad en la que el paciente debe de tratarse a sí mismo.

Cuando experimentamos un sentimiento de culpa, tendemos a experimentar un sentimiento adicional de arrepentimiento, que es distinto al de la culpa y a la vez, el arrepentimiento incrementa nuestro sentimiento de culpa, agravándose aún más el arrepentimiento.

Lo mismo nos sucede con el coraje: sentimos enojo y empezamos a intensificarlo y a tal grado, que sin causas diferentes, el enojo se alimenta de sí mismo, intensificándose irracional e infundadamente.

Cuando estamos tristes, empezamos a ver que todo es triste a nuestro alrededor y no conscientes de que nuestra Tristeza es ya un sentimiento que puede llegar a ser muy perturbador, nuestra propia tristeza “inventa” una serie de motivos para generar otros sentimientos que no están justificados.

¡Por supuesto, que hay causas para estar tristes y aún muy tristes! Pero en la mayoría de las veces somos nosotros los que generamos una serie de sentimientos que nada tienen que ver con la causa original de nuestra Tristeza.

Por ejemplo: una persona que pierde su trabajo, es legítimo que esté triste. Pero su mismo sentimiento empieza a generar otros sentimientos que nada tienen que ver con la pérdida de su trabajo. Su Tristeza le genera el sentimiento de pánico, pues cree que no tendrá con que mantener a su familia. O puede sentirse inferior o desamparado, lo que a su vez lo llena de una ansiedad irracional, pues además se siente culpable, abandonado y puede empezar a generar sentimientos de odio a sí mismo y a los demás.

CRITILO nos dice, que es válido, legitimo y normal sentirnos tristes o profundamente trises, según la pérdida que hayamos tenido.

Y en estos casos, nuestra Tristeza debe hacer su “propio luto”, es decir, no tratar de negarla ni deshacerse de ella engañándonos a nosotros mismos. Si nuestra Tristeza tiene una causa justificada, nada mejor que vivir ese sentimiento en toda su intensidad, pero no permitirnos que nuestra Tristeza nos invente otros sentimientos muy distintos, como la autocompasión, o el sentir que somos depositarios únicos del dolor.

¡Vivamos nuestros sentimientos de Tristeza en su propia dimensión y no nos agarremos de ella para inventarnos nuevos sentimientos irracionales y malsanos!

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