Sabiduría de la Antigua Grecia
Comentaremos algunas de las reflexiones de la Grecia Antigua.
MENANDRO escribió: “Rehúye siempre la compañía de un hombre malvado”.
CERVANTES en el Quijote escribió: “Siempre los malos son desagradecidos”. El dramaturgo Griego EURÍPEDES quien nació en el año 480 a.C., escribió: “El malo será malo siempre y el bueno será bueno”.
Y por su parte, el poeta Argentino JOSÉ HERNÁNDEZ en uno de sus poemas dijo: “El mal es árbol que crece y cortado retoña”. O como bien dice el refrán popular: “Mala hierba nunca muere”.
La maldad es una perversidad del carácter que afecta todas las dimensiones de la personalidad. La persona malvada con mucha frecuencia disfruta del mal que hace y le resulta imposible actuar de acuerdo al bien. MENANDRO nos aconseja que rehuyamos siempre la compañía de un hombre malvado; no nos dice que lo evitemos la mayoría de las veces, sino siempre. Y debe de ser siempre, pues en la escala de valores de un malvado el bien no lo considera en lo absoluto. El malvado sufre de una perversión moral y de un grave desajuste de toda su personalidad.
Si admitimos en nuestra vida la compañía de una persona malvada, fácilmente sufriremos daños de manera directa o indirecta.
MENANDRO en una de sus obras dijo: “Escribe en el agua el juramento de los hombres viles”.
Escribir en el agua es como escribir en el espacio con nuestro dedo. MONTAIGNE en sus Ensayos escribió: “La escasez de medios es posible corregirla, la pobreza del alma no”. Toda vileza denota pobreza del alma y en un alma pobre caben todos los vicios. Cuando MENANDRO nos dice que escribamos en el agua el juramento de los hombres viles, es por que este sabio Griego perfectamente sabía que un hombre vil es incapaz de cumplir su juramento. Y es que un juramento solamente puede cumplirlo aquella persona que distinga con claridad el mal del bien y que tenga una clara conciencia del honor y de la dignidad.
Para el hombre vil, el juramento constituye solamente un artificio para el engaño y el mal. La vileza no es compatible con el honor, el bien y la dignidad. Así, que cuando recibamos el juramento de un hombre vil, lo sensato es saber que jamás va a cumplirlo, pues su cumplimiento le significaría una pérdida, un esfuerzo, lo que no es posible en el alma vil, que siempre ve únicamente por su beneficio.
En el mismo sentido, pensó el dramaturgo Griego SÓFOCLES, al haber escrito en un fragmento de una de sus obras incompletas que se han recuperado: “Las entrañas de un hombre malvado no se ablandan”.
SÓFOCLES nos quiso decir que los sentimientos de un malvado no lo conmueven a obrar el bien. Precisamente una de las características de toda persona malvada consiste en la petrificación de sus sentimientos. Un malvado, como lo ha descrito prodigiosamente SHAKESPEARE y el novelista Ruso DOSTOYEVSKI, puede ser muy sentimental, pero jamás podrá tener buenos sentimientos.
Y no puede experimentar buenos sentimientos en virtud de que solamente le interesan sus fines y jamás le importa la vida de las otras personas.
MENANDRO, en otra de sus obras escribió:
“La maldad es algo irrazonable”.
Este enorme conocedor del alma humana que fue MENANDRO, penetró en una de las fundamentales características de toda persona malvada: lo irrazonable de su maldad. Y es que para un carácter malvado lo razonable no existe, pues si existiera no se cometerían día a día en todo el mundo miles de crímenes, violaciones, robos, fraudes, etc. Todo lo razonable tiene una lógica, una justificación a la luz de la inteligencia, de la sensatez y de la cordura.
Todo corazón bueno tiene en altísima estima a todo aquello que tenga una finalidad correcta, juiciosa y sensata. Pero la maldad nada quiere saber del sentido común, de los medios y fines lícitos y de la ética. Por ello, la persona malvada jamás se apoya en lo razonable y en el sentido recto, sino en sus viciosas pasiones que justifican los fines sin importar los medios aún cuando sean perversos.
Critilo nos dice que la sabiduría de la Antigua Grecia no ha tenido comparación en la historia del pensamiento. Los griegos nos dieron con HOMERO, SÓCRATES, PLATÓN, ARISTÓTELES y muchos sabios mas, el pensamiento lógico más deslumbrante y la ética mejor estructurada, como es la Ética a Nicomaco de ARISTÓTELES, que constituye un monumento al sabio pensamiento de la conducta recta y de las más preclaras virtudes.
