Sabiduría de la biblia
El Antiguo Testamento en Job 11.13, está escrito:
“Y si tú tu corazón arreglas, y tiendes tus palmas hacia Él (hacia Dios). 14.- Si alejas la iniquidad que hay en tu mano, y no dejas more en tus tiendas la injusticia. 15, entonces alzarás tu frente limpia, te sentirás firme y sin temor. 16.- Dejarás la pena en el olvido, como aguas que pasaron la recordarás; 17, y más radiante que el medio día surgirá tu existencia”.
Y en Proverbios 29 se dice:
“Bajo los pasos del malo hay una trampa, pero el justo corre en la alegría”.
Estas sentencias de Job y de Proverbios nos indican que toda persona que es justa alcanza la alegría. De hecho, los grandes pensadores como PLATÓN, SÉNECA, MARCO AURELIO, etc., sostienen que es imposible que se pueda vivir alegremente dentro del vicio y la ruindad. Es una constante en la Biblia, que la paz del alma y la alegría sólo pueden surgir del apego a las grandes virtudes.
El primer mandato en Job es que nos alejemos de la iniquidad. La Iniquidad consiste en la maldad, perversidad, y en toda gran injusticia. Job repite esta idea, pero ya concretándola a la injusticia, haciendo referencia a las “tiendas” en un sentido amplio: comercios, negocios, hogares, etc.
La esencia de lo mandado en Job es contundente: alejarnos de toda injusticia, de toda maldad y perversidad. El conocimiento de la condición humana en Job es impresionante, pues nos deja ver que apartándonos de la maldad, perversidad y de toda injusticia, podremos alzar nuestra frente limpia, y nos sentiremos firmes y sin temor. La psicología profunda ha descubierto que nuestra conciencia es un juez muy severo, y que cuando actuamos perversamente, lo más probable es que surja en nosotros un grave sentimiento de culpa que nos impida experimentar la alegría.
Al alejarnos de la maldad, de la perversidad y de la injusticia, nuestro ánimo será firme y no sentiremos temor. Además, nos dice Job, dejaremos nuestras penas en el olvido. Esta afirmación es absolutamente cierta, pues gran parte de nuestros pesares se derivan de las injusticias y perversidades que cometemos contra los demás.
Proverbios nos dice que “Bajo los pasos del malo hay una trampa, pero el justo corre en la alegría”. Para Proverbios, el ser justos es una condición esencial para poder ser personas alegres. En cuanto el que el malvado frecuentemente cae en las trampas que les pone a otros, es un tema que ha sido tratado hace más de tres mil años en los escritos egipcios e hindúes. Las fábulas del Griego ESOPO y del fabulista Francés LA FONTAINE, son ejemplificativas de este tema.
En Salmos 32 está escrito: “¡Alegraos en Yavéh, oh justos, exultad, gritad de gozo todos los rectos de corazón!”. Y Salmos 64 expresa: “El justo se alegrará en Yavéh, en Él tendrá cobijo; y se gloriarán todos los de recto corazón”. Se dice que una persona es recta cuando sus palabras y obras gozan de la calidad de la honradez, de la justicia, y de la razón.
La rectitud de corazón a que alude la Biblia es una idea más compleja: no solamente se trata de todas las acciones que tienen como fundamento a la razón, sino fundamentalmente, son todas aquellas acciones relacionadas con la sensibilidad moral, más con la misericordia que con la justicia, más con la bondad que con el juicio severo, mucho más con la buena intención y la piedad que con la inteligencia.
Salmos asegura el “gozo” a los rectos de corazón. El Gozo es un movimiento agradable del ánimo, producido por la posesión o esperanza de bienes o cosas apetecibles; y en el sentido de los Salmos, además, el Gozo siempre tendrá que ser una derivación de la rectitud de nuestro corazón, es decir, de la bondad de lo mejor de nuestro afectos.
CRITILO pondera altamente la profunda sabiduría de la Biblia. Independientemente de la dimensión religiosa de la Biblia, este conjunto de Libros Sagrados, constituyen una fuente inagotable de la más profunda sabiduría, de la que siempre podremos acudir a ella y enriquecer nuestro espíritu. De lo que se trata en última instancia en todo estudio de la sabiduría, es, edificar nuestras vidas en base a lo más noble y grande de las virtudes.
