Cualidades visibles y cualidades invisibles
NIETZSCHE, en al año de 1882 en su asombrosa obra titulada “La Gaya Ciencia” escribió una reflexión que la tituló con el nombre de Virtudes Inconscientes, y que dice: “Todas aquellas cualidades personales de que tiene el hombre conciencia-sobre todo cuando da por supuesta su visibilidad y su elocuencia para los que le rodean- están sujetas a leyes de desenvolvimiento diferentes a las que aquellas otras cualidades desconocidas o mal conocidas por él, que se ocultan hasta la mirada del más sagaz observados por su finura, cual si se escondieran detrás de la nada. En las escamas de los reptiles hay finos dibujos y sería un error considerarles como un adorno o un medio de defensa, pues no es posible verlos sino con microscopio, es decir, con una vista que por medios artificiales se torna más aguda, vista que no poseen los animales de la misma especie, a quien podrían servir de ornato o de defensa las escamas. Nuestras cualidades morales visibles y sobre todo aquellas que creemos visibles, siguen su camino, y nuestras cualidades invisibles que con relación a las demás no pueden servirnos de adorno ni de defensa siguen también su senda, senda probablemente muy distinta, con líneas, finuras y dibujos, que tal vez podrían agradar a un Dios provisto de un microscopio divino. Poseemos, por ejemplo, nuestra actividad, nuestra ambición, nuestra perspicacia; todo mundo las conoce, pero además poseemos otra actividad, otra ambición, otra perspicacia, y para estas cualidades, que son nuestras escamas de reptil, no se ha inventado aún microscopio”.
Los grandes críticos de la literatura universal consideran a NIETZSCHE una de las inteligencias mas profundad de los últimos 500 años; y además, afirman que la sensibilidad y penetración psicológica de este pensador lo sitúa a la altura de un FREUD, SHAKESPEARE y DOSTOYEVSKY. Por ello, no podemos resistirnos a transcribir largas reflexiones de este filósofo alemán.
Es parte de nuestra condición humana el que solamente nos demos plenamente cuenta de aquellas cualidades que se nos manifiestan de una manera muy visible, y que firmemente creamos que ésas son nuestras cualidades y no otras. GOETHE decía que cuando una persona se tiene en menos de lo que verdaderamente vale, se debe a que su valor es mucho más de lo que cree, y que no se da cuenta de sus cualidades que no se manifiestan. Así como los reptiles tienen en su piel dibujos que son invisibles a nuestros ojos, también cada uno de nosotros gozamos de cualidades que no conocemos ni tampoco los demás las perciben.
Gozamos de cualidades muy manifiestas y que aparecen claramente a la vista de todos. Para NIETZSCHE, estas cualidades morales siguen una senda distinta a nuestras cualidades que no somos conscientes de ellas ni tampoco lo son las demás personas. Esta genial percepción de NIETZSCHE día a día se comprueba en la experiencia humana. ¿Acaso no sabemos, que en épocas de crisis social aparecen grandes hombres a los que les dábamos poca valía? Las guerras son una prueba de ello. ¿Acaso no dejamos de asombrarnos de hechos heroicos o ejemplares de personas que ante una grave crisis personal, causada por una enfermedad grave, o un duro golpe de la fortuna, muestran cualidades morales que ellos mismos desconocían y también nosotros? En estos casos decimos: “Sacó fuerzas de flaqueza”.
La profundidad psicológica de NIETZSCHE nos dice que estas cualidades visibles y también las invisibles pueden ser de la misma naturaleza: una ambición es visible y otra clase de ambición no visible; una actividad visible, y otra clase de actividad invisible, etcétera. Un gran novelista nos decía que cada persona por más humilde y poco dotada, guarda en su corazón un proyecto personalísimo que a nadie comunica. Aquellas personas que vemos con una ambición raquítica ante nuestros ojos, pueden, estando en vida, donar uno de sus órganos para salvar la vida a otro, que seguramente los tremendamente ambiciosos no harían. Aquellas personas muy activas y que así le parecen a todos los demás, pues su actividad es muy manifiesta, pudieran gozar de una actividad muchísimo más valiosa, como pudiera ser la atención que le presten a su hijo y su cónyuge enfermo, o bien, su intensa actividad escondida para otros, es una actividad espiritual y religiosa que la confinan en el cuarto de su recamara.
CRITILO nos recuerda lo que dijo NAPOLEÓN: que todo soldado trae en su alforja un bastón de Mariscal. Es decir, que todo soldado, por más sencillo que parezca, guarda en su corazón enormes cualidades de valor que lo pueden llevar a convertirse en Mariscal. CRITILO nos pide que jamás despreciemos a ningún ser humano por menos valioso que nos parezca, porque aún los más humildes y sencillos gozan de valiosas cualidades que con frecuencia están ejerciendo, pero que son ante ellos y nosotros, invisibles a nuestros ojos.
