México requiere de una reestructuración de la industria y toda una reconversión tecnológica en el agro, si lo que quieren es producir y utilizar los bioenergéticos. (Archivo)
México, DF.- Para que México se convierta en productor de biocombustibles se requiere “una revolución en el agro” que implique desde innovaciones tecnológicas hasta mayores inversiones, expuso el senador priista Ramiro Hernández García.
En entrevista señaló que el Gobierno Federal tendrá que aplicar una política agrícola que reestructure el campo y modifique las áreas de cultivo, principalmente de granos y caña de azúcar, como materia base del etanol.
México, afirmó, tiene las condiciones para desarrollar los bioenergéticos, aunque éstos no podrán sustituir en el corto y largo plazos a los derivados del crudo para generar energéticos.
El secretario de la Comisión de Agricultura y Ganadería del Senado de la República manifestó que el país requiere de una reestructuración de la industria y toda una reconversión tecnológica en el agro, si lo que quiere es producir y utilizar los bioenergéticos.
El legislador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) planteó que la modificación en el campo debe abarcar un cambio de estructura de cultivos y la incorporación de tecnologías, equipo agrícola, insumos e infraestructura de riesgo para hacerlo más eficiente.
“Es incuestionable que el campo tiene el reto de ser más productivo, más competitivo y en ese sentido habrá que hacer una revolución agrícola que implique desde innovaciones tecnológicas hasta mayores inversiones. Debe haber un replanteamiento en la política agrícola en México”, subrayó.
Hernández García dijo que el campo demanda “hoy más que nunca” del financiamiento, cambio de tecnología, insumos y desde luego mecanismos de comercialización que permitan a los productores tener un acceso más directo al mercado y romper la intermediación.
“Creo que el reto actual que tiene el campo es hacerle frente a una demanda de cultivos generadores de energía, por la competencia que se está presentando en el mercado norteamericano”, abundó.
El senador priista aclaró que el mercado de los biocombutibles se ha convertido en un motivador para ampliar superficies y elevar rendimientos de granos y caña de azúcar.
Aseguró que en México existen diversas zonas para cultivar maíz y caña de azúcar y para instalar plantas productoras de etanol, como es Tomatlán, Jalisco, donde puede disponerse de cinco mil o seis mil hectáreas, pero que requiere una inversión de 70 millones de pesos para comenzar a operar.
Expuso que los biocombustibles deben verse como generadores de oxigenantes, como depuradores de los contaminantes que tienen los derivados del petróleo, pero no como sustitutos de los combustibles fósiles.
“No veo en el corto o mediano plazos que los bioenergéticos puedan ser competitivos para desplazar a los derivados del petróleo, son una expectativa interesante para mejorar el medio ambiente o hacer más eficiente el uso de la energía”, aseveró.
Sobre las inversiones que deberán realizarse para producir biocombustibles, dijo desconocer los montos porque “sería difícil calcularlo, primero deben identificarse las zonas con ese potencial, lo cual hasta el momento no se ha logrado”, concluyó.