EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Pasta de Conchos.../Hora Cero

Roberto Orozco Melo

Una desconcertante, pero fundada declaración de Guillermo González Calderón, presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje afirma que a casi un año de la tragedia minera de Pasta de Conchos, en la región carbonífera, tiene en su escritorio 65 cheques a favor de las 65 viudas de la explosión del 19 de febrero de 2006 por concepto de prestaciones legales diversas y un seguro de vida por 50 mil pesos que será duplicado porque los 65 decesos ocurrieron en un accidente de trabajo. Otros cheques deben recibir las viudas por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social los cuales corresponden a pensiones... El presidente del Tribunal dijo que los citados cheques tienen tiempo de estar guardados en su oficina en espera de cobro, pues no han sido reclamados por las viudas beneficiarias. Son 65 mil pesos y algo más por cada uno de 36 trabajadores de General de Hulla, empresa contratista que suministra personal a IMMSA más 29 de esta negociación, lo que da el total de muertos en el accidente. La liquidación más alta ?386 mil pesos? corresponde a un supervisor de Minera México que había trabajado 30 años con una percepción salarial superior a las demás.

Antes de cumplirse un año del accidente, lo cual sucederá el próximo 19 de febrero, los deudos deberán haber hecho las correspondientes reclamaciones en el Tribunal federal laboral. Ayer les quedaban diez días de plazo para iniciar las gestiones, por vía directa o por medio de representantes o apoderados; pero si los cheques que corresponden al IMSS no se cobran antes de diez días el IMSS podrá reducir el valor de un mes de pensión. No se necesita mucha perspicacia para deducir la causa de la morosidad en el cobro: las viudas de los mineros muertos no desean que eso permita el cierre de las investigaciones y el proceso judicial respectivo, pues piensan que ello podría ser usado por la empresa Industrial Minera México para echar tierra sobre los cristianamente insepultos cadáveres y las demandas de sus deudos.

Ya es tiempo que el procurador de Justicia del Estado defina las responsabilidades de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social por el abandono de la obligación legal de inspeccionar, vigilar, dictaminar y emplazar el cumplimiento de las normas legales y las condiciones de seguridad en el interior de las minas. Ya lo hizo lo propio el actual titular de la dependencia federal, Javier Lozano, quien declaró ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que hubo incuria en la acción preventiva, Lozano es prolijo hasta el extremo de señalar el período de la negligencia: ?del 12 de julio de 2004 hasta el 9 de febrero de 2006?. Diez días después sucedió la tragedia de Pasta de Conchos. En cambio el ex secretario Salazar jamás aceptó la presunta responsabilidad del jefe o encargado de la oficina federal Del Trabajo en Coahuila y esmeró su ocultamiento ante la acción penal al propiciar un descarado y lento procedimiento administrativo en espera del término de la Administración Fox.

El lunes 19 de febrero se cumplirá un año de los terribles sucesos de Pasta de Conchos. No fue el primer siniestro de consecuencias fatales en la región carbonífera, ni será el último mientras se trabaje a 200 metros bajo tierra en la extracción de la hulla sin medidas de precaución verdaderamente eficaces. Robots, y no seres humanos, tendrían que ser los excavadores y extractores de carbón mineral... A propósito de estos riesgos, surge otro que inquieta a los mineros: Industrial Minera México está paladinamente en proceso de reajuste del personal que labora en la trágica mina Pasta de Conchos. En la Junta Federal de Conciliación de Arbitraje, con residencia en Saltillo, se han registrado 232 convenios de retiro voluntario, lo cual indica la posible clausura de esa mina por convenir así a la empresa o la expresa renuencia de los trabajadores mineros para excavar en sus entrañas, dada la prevaleciente falta de seguridad. En cualquier caso las consecuencias van a ser el desempleo, las bajas de sus registros ante el Instituto Mexicano del Seguro Social y el advenimiento de lamentables condiciones de vida para sus familias, tanto por la falta de servicios médicos como por la carencia de recursos para el sostenimiento de los hogares.

El presidente de la República, Felipe Calderón, que ayer anduvo en Torreón para asistir a un evento social tendría que volver a Coahuila para constatar lo que sucede en Pasta de Conchos y otras minas del Estado de Coahuila que trabajan en condiciones infrahumanas, apenas descritas en las narrativas de A. J. Cronin y Somerseth Maugham. El tema es una nueva oportunidad para que el primer magistrado legitime su interés en las verdaderas causas del pueblo.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 259281

elsiglo.mx