El pavo contribuye a reducir el consumo de grasas saturadas y del colesterol a 300 miligramos por día.
La presencia del guajolote en la mesa mexicana es una muy antigua tradición, que actualmente es la mejor de las opciones para la cena navideña.
A la hora de elegir el menú de Navidad son muchas las posibilidades, pero no hay duda que entre ellas destacan el pavo, el bacalao, los romeritos y la pierna al horno. La elección más sana incluye necesariamente al guajolote, ya sea al horno y relleno o con la vieja receta de la abuela.
Las guías de dietas actuales, establecidas por científicos afirman que para mejorar la nutrición y salud es necesario reducir las calorías ingeridas, aumentar el consumo de carbohidratos y azúcares naturales, así como bajar el consumo general de grasas (de entre 30 y 40% aproximadamente).
Y es cierto que el consumo de pavo ayuda a conseguir esos objetivos nutritivos y sanos, además de que contribuye a reducir el consumo de grasas saturadas y del colesterol a 300 miligramos por día, y a limitar la ingesta de sal a cinco miligramos diarios, aproximadamente.
Las diferencias nutritivas entre las distintas carnes pueden ser muy significativas. Por ejemplo, el pavo contiene menos calorías que muchas carnes rojas magras y productos avícolas, así como menos de un tercio de la cantidad recomendada a ingerir por día de colesterol y muy pocos gramos de grasa, de los cuales el 25% son no saturados.
La carne fresca de pavo contiene muy poco sodio, menos de 25 miligramos por onza en promedio.
Para la Navidad, una de las marcas más cotizadas de la Unión Nacional de Avicultores anunció que se pondrán a disposición de los consumidores unos dos millones de pavos criados en territorio nacional, el cual tiene ventajas sobre el importado, por su calidad y frescura.
Por ello, el consumidor puede tener la confianza de que el pavo nacional es más fresco, pues no tiene más de seis meses congelado. Además de que hay estadísticas que muestra que la gente ha respondido muy bien al producto nacional, ven la calidad de nuestro pavo, que es más fresco en comparación con el de EU.
El pollo también juega limpio
Pero hay quien prefiere el pollo y no existe nada malo en ello, ya que es extensa la variedad de platos que se pueden preparar con su carne. Por ejemplo, de un mismo producto pueden existir diversas variantes, pero se puede cocinar al horno, rostizado o relleno, frito en un salten o en alguna salsa.
Mucha gente lo prefiere en forma de nugget, que se puede hacer de pechuga de pollo (carne blanca), o mezclada carne blanca y oscura. Por carne blanca se entiende pechuga, y por oscura se define las piernas, muslos u otras partes del ave, para crear diversa categorías.
El bloque de carne puede ser triturado, molido gruesamente, o constar de un corte a mano de pura carne de pechuga. Grandes procesadores de productos avícolas han encontrado que el nugget es lo último en cuanto a versatilidad. Se puede hacer a bajo costo para almuerzos escolares, a costo moderado para cadenas de comida rápida, o más refinado como un bocadillo; la sazón es limitada sólo por la imaginación de cada quien.
Estos productos tienen una vida de anaquel más o menos prolongada, por lo cual se pueden almacenar para usarse en el momento deseado, dándoles una versatilidad enorme de ocasiones y maneras de consumo.
