La afición que asistió al Estadio Corona no pudo celebrar como lo hizo el domingo pasado.
EL SIGLO DE TORREÓN
Setenta y dos horas después de celebrar que el equipo se quedó en la Primera División el grito de “Santos, Santos” ya no se escucha tan fuerte. El domingo la fiesta fue larga y la “cruda” ayer se hizo presente en el Estadio Corona. Ni afición, ni equipo, lograron la comunión de juegos pasados. En la cancha los jugadores siempre estuvieron distraídos, en las tribunas mejor se hablaba del siguiente juego de los Vaqueros o de la presentación el próximo domingo del luchador de moda “El Místico”.
Fue un día tan malo que el estadio no se llenó, no hubo cánticos ni porras. Nadie hizo la famosa Ola. Parecía un juego de temporada normal, paradójicamente de dos equipos que pelearon por no descender a la Primera División A.
El ambiente de liguilla ayer no se hizo presente en el Corona. Vaya, fue un día tan malo que no sólo perdió el Santos, también los revendedores que enfrente de los policías buscaban desesperadamente vender, a lo que fuera, sus boletos.
Quince minutos antes del partido era posible conseguir boletos para la sección Negra Modelo Sur (Sombra) a cien pesos, cuando su precio normal es de 190. La demanda no fue la de otros años.
Ayer fue un día de silbidos, reclamos y recordatorios maternales. No sólo para el árbitro y los jugadores del San Luis, también a los del Santos les llovió en su milpita y hasta a Eduardo Olmos Castro, secretario de Desarrollo Regional para La Laguna, le tocaron algunos insultos.
Poco antes de iniciar el partido el equipo Guerrero, cuyo corazón ayer no latió, entregó un donativo de 170 mil pesos al Gobierno de Coahuila como ayuda a los damnificados de Piedras Negras. El cheque fue recibido por Olmos Castro, lo que provocó que varios en el estadio gritaran:
-No, a él no se lo den, se lo va a robar.
Como respuesta el ex candidato a la alcaldía de Torreón sonrió y levantó el cheque más alto para que todo el estadio lo viera.
El inicio del partido fue prometedor cuando en los primeros minutos por poco Daniel Ludeña anota un gol olímpico.
-Vamos mi negro, gritaron los aficionados que apenas el pasado domingo tomaron las calles de La Laguna para festejar a sus Guerreros.
Sin embargo, conforme los minutos pasaban, el Santos iba cayendo hipnotizado en el sistema de juego de Raúl Arias, técnico del San Luis, a quien sólo le importa defender y se olvida por completo del espectáculo.
-Vamos Toro, gritaba desperado un aficionado que veía cómo su ídolo, Matías Vuoso, constantemente visitaba el pasto y poco aportaba al ataque de un equipo santista que aún no se recuperaba de la celebración.
-La fiesta estuvo dura, jueguen ca…Traigan a Dolmo (Flores), ese negro siempre se iba de pachanga pero sí jugaba, gritaba alguien en la tribuna.
El ex santista Adrián Martínez, hoy portero del San Luis, vino de día de campo. Por eso se dedicó todo el partido a hacer tiempo, fingiendo incluso lesiones inexistentes.
-Tráiganle un bastón a ese viejito que ya no puede jugar, gritaban los aficionados que veían con desesperación cómo el primer tiempo se agotaba sin que el Santos hiciera algo por anotar un gol.
-Estos méndigos ya se quieren ir de vacaciones. Ya vio compadre cómo Peralta no agarra ningún balón, ya metió su gol el domingo, pero que ya lo saquen.
El equipo jugó tan mal que desde el minuto 31 del primer tiempo Daniel Guzmán puso a calentar a toda su banca, mientras en las gradas ni la cerveza lograba calmar la sed de gritar un gol…tal vez el último de la temporada.
El segundo tiempo comenzó igual de aburrido, por lo que Daniel Guzmán hizo su primer cambio a los pocos minutos cuando sacó a Carlos Cariño para que entrara Edgar Castillo. Dos minutos después saca a Oribe Peralta y entra el “Talismán”, Agustín Herrera, ahora con tan mala suerte que después de ingresar al campo Braulio Luna al minuto 57 remata de cabeza un centro de Luis Ignacio González para anotar el primer gol ante la estirada inútil de Oswaldo Sánchez. El gol que daría el triunfo al San Luis.
-Ya valió...
Tímidamente los gritos de Santos, Santos, se escucharon. Pero pareciera que los aficionados se quedaron si voz el pasado domingo, como los jugadores se quedaron sin la magia que les permitió vencer al Cruz Azul.
-Compadre ya no vamos a volver a gritar gol esta temporada, dice un aficionado cuando Daniel Ludeña cobra un tiro libre y estrella su disparo en el travesaño, la jugada más clara de todo el partido.
El Santos no logra hilvanar jugadas, su desempeño ayer fue como el de inicio de temporada.
Cuando todavía faltaban diez minutos para que acabara el partido los aficionados comenzaron a levantarse de sus lugares, vaya, fue tal el desgano que ya nadie gritó el clásico “hombres de poca fe”.
En la cancha el Santos volvió a las andadas, qué bueno que el Atlas nos hizo el favor de vencer al Querétaro para seguir en Primera División y tener algo que celebrar en una temporada donde han sido más las tristezas que las alegrías.
-Hagan algo, jueguen, fue el reclamo de un aficionado que veía cómo sus ídolos eran incapaces de crear jugadas de peligro.
Al final, la derrota, los abucheos y la tristeza de que la “cruda” nos pegó muy feo.
