Señalan que en la mayoría de las cárceles reina la ‘inmundicia’ y el ocio y abundan las drogas y el alcohol.
La mayoría de las cárceles en América Latina es con espacios en los que reina la “inmundicia” y el ocio, abundan las drogas y el alcohol, la seguridad interna está en manos del crimen organizado que hace valer la ley del más fuerte y los internos están abandonados a su suerte, aseguró Florentín Meléndez, presidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y relator sobre las personas privadas de su libertad.
El titular de este organismo que forma parte de la Organización de los Estados Americanos señaló que la situación es “nefasta, negra e inaceptable”, porque en general, los reclusorios operan en total abandono por parte de los gobiernos.
En un reporte preliminar de la investigación que realiza sobre la situación del sistema carcelario en la región, el experto señaló que en un recorrido por los penales de una decena de países constató que hay altos niveles de sobrepoblación -sobre todo en México-, violencia “incontenible”, ausencia o precariedad de los servicios básicos, falta de capacidad del personal penitenciario, una “inaceptable ausencia de programas de rehabilitación” y condiciones que propician la tortura.
El informe, que se hará público a finales de este año, abarca las condiciones de las cárceles en México, Argentina, Brasil, Colombia, Centroamérica y otros países, además de un penal en Texas, en Estados Unidos -el cual visitará en breve.
Meléndez reconoció que en todos los países que ha visitado hay esfuerzos de los gobiernos por desarrollar buenas prácticas carcelarias, sobre todo, en materia de legislación, capacitación y formación del personal y el fortalecimiento de la defensoría pública, así como en el monitoreo de las condiciones internas y en el establecimiento de modelos la participación ciudadana.
“Pero lamentablemente, -destacó- las buenas prácticas no son la regla general”. Al hablar del caso de México -donde visitó los penales de máxima seguridad del Altiplano (antes La Palma), la cárcel de Santiaguito, el Reclusorio Oriente y 2 más en Oaxaca- indicó casos gravísimos de hacinamiento.
“En general, hay una precariedad inaceptable, inmundicia por falta de sanidad y cárceles en las que la seguridad interna está en manos de mafias, a pesar de que la obligación de los Estados es establecer normas y aplicarlas para evitar todos estos problemas”, afirmó Florentín Meléndez. Indicó que la sobrepoblación en el Reclusorio Oriente no es comparable con ningún otro de la región, lo que propicia condiciones infrahumanas.