Quienes estamos relacionados con las mascotas y sus dueños, realmente nos damos cuenta de la gran relación y el amor mutuo que llega a manifestarse entre ellos, así como la gran dependencia de la mascota hacia su amo.
Las personas que han tenido la amarga experiencia de extraviar a su mascota, comprenden ampliamente el sufrimiento por el que está pasando la familia completa.
En ocasiones es mayor la angustia del propietario cuando se extravía su mascota que cuando llega a fallecer, cuando la mascota es senil o padece alguna enfermedad, su dueño es consciente y está preparado para un desenlace final, claro que no deja de ser doloroso, pero cuando se llega a extraviar la mascota de toda la vida, causa angustia y desesperación. Hace unos días me comunicaron que uno de mis pacientes se había extraviado, sentí profundamente su pérdida pues se trata de una mascota muy especial.
“Brauni” es un pequeño perro salchicha de color café de tres años de edad, al principio de tratarle se comportaba algo desconfiado, pero con el tiempo creo que me gané su amistad aún después de estar en tratamiento durante un tiempo prolongado a causa de una enfermedad crónica que padecía, en los brazos de su dueña era un excelente paciente que se dejaba querer.
Imagino la desesperación del animalito al estar deambulando solo por las calles después de estar acostumbrado a sus alegres paseos cotidianos acompañado de su inseparable dueña, aunque la mayoría de los animales cuentan con un excelente sentido de orientación, pero al sentirse extraviada corren desesperados hacia ningún lado y es cuando pierden la ubicación, después de unas horas tratan de hallar el camino hacia su casa, cansados y sedientos es cuando alguna familia de buen corazón les da albergue, lamentablemente desconocen que esas mascotas como “Brauni” son unos niños, pues prácticamente así siempre fueron tratados y realmente ellos se creen personas. Cuando iban a consulta disfrutaba la manera en que su dueña se dirigía hacia él con palabras tiernas y cariñosas, reflejando un gran amor y respeto hacia el pequeño “Brauni”, quien jamás conoció un trato hostil. Es indispensable que regrese la mascota con sus propietarios, por muy hospitalaria que sea la familia que le acogió, extrañarán a sus dueños y hasta pueden llegar a morir de tristeza. Lamentablemente esa angustia y sufrimiento de las mascotas se refleja también en sus propietarios, de quienes siento profundamente su aflicción y comparto sinceramente su pena.
Afortunadamente existen familias con sentimientos nobles con gran amor hacia los animales, que saben reconocer cuando una mascota se encuentra extraviada y la auxilian, la expresión refleja angustia, la forma de correr es con desesperación, además su aspecto y estado físico no son de un perro callejero, inmediatamente es notable que proviene de una buena familia y estoy seguro que esas personas que ayudaron a “Brauni” sólo están esperando alguna noticia de sus propietarios para hacer la entrega a la desconsolada familia.
La alegría que va a causar al comunicarse informando que tiene a su mascota, es inenarrable, además la satisfacción que sentirá al ver cómo ese perrito se dirige a su propietaria como si fuera el niño que encuentra a su madre después de días de angustia y sufrimiento de encontrarse extraviado. Será la mejor recompensa que el espíritu pueda recibir.
Para cualquier información puede comunicarse a la clínica con un servidor al teléfono 713-90-98.
Pequeñas_especies@hotmail.com
