En el futbol el éxito de un director técnico depende en un noventa por ciento del desempeño de sus jugadores. De nada sirve ser un excelente estratega si los jugadores no cumplen las órdenes en la cancha, si se distraen o simplemente no muestran amor por la camiseta.
Algo similar sucede en el ejercicio de la política. Un gobernante puede tener los mejores deseos y proyectos, pero si sus colaboradores son ineficientes echarán por la borda toda la planeación y los resultados no serán los esperados. Un líder consigue que cada miembro trabaje y aporte lo mejor de sí mismo, pero también es capaz de identificar a los elementos deficientes para hacer los cambios necesarios que permitan alcanzan los objetivos.
Hasta el momento el alcalde de Torreón José Ángel Pérez, de formación empresarial, ha dado muestra de su liderazgo. Cuando ha sido necesario se faja los pantalones y no cede a chantajes propios del juego de la política. El alcalde cuenta con proyectos a largo plazo, sabe del reto que significa ser la primera Administración de cuatro años, sin embargo, pareciera que muchos de sus colaboradores únicamente están comprometidos con la sagrada nómina.
Mientras José Ángel Pérez dio muestras de su compromiso con los ciudadanos al enfrentarse a los transportistas y no ceder a chantajes que impidieran el proceso de modernización, el trabajo de muchos de sus colaboradores deja mucho que desear.
De nada servirá la modernización del transporte si la ciudad muestra un rezago evidente en muchos de los servicios primarios, que a pesar de las denuncias de los ciudadanos las autoridades simplemente ignoran.
Los problemas son muchos y tan evidentes, que cuesta trabajo creer que los directores de departamento no se den cuenta de ellos.
Al caer la noche, Torreón se convierte en una ?boca de lobo?. Son varios los sectores que están a oscuras por fallas en el alumbrado público. Cuando se habla del tema, particularmente del Periférico, las autoridades han respondido que las fallas se deben al robo de alambre de cobre, lo que sin duda es un problema que puede considerarse más de seguridad pública y en consecuencia ?ajeno? al departamento de Servicios Municipales cuyo titular es Carlos Gregorio Ramírez.
Sin embargo, cuando gran parte de la ciudad está a oscuras la excusa ya no es tan creíble. Tan sólo el pasado viernes la calzada Juambelz estaba completamente a oscuras, lo mismo sucedía en los alrededores del Estadio Corona y en gran parte del Periférico. El problema también es frecuente en el bulevar Independencia y en la avenida Juárez al oriente de la ciudad.
Como bien dice el Agente 007, pareciera que los funcionarios no salen de su casa, porque de otra forma, no es posible que Gregorio Martínez no se percate de todas aquellas luminarias que no funcionan.
Algo similar sucede con los semáforos. La pésima sincronización es un problema cotidiano, que se hace más evidente en las supuestas vías rápidas como el bulevar Independencia. Hasta el momento el problema ha rebasado por mucho al jefe de Ingeniería de Tránsito, Francisco Torres.
Vaya, el colmo fue en diciembre, cuando durante por más de una semana los semáforos en el cruce de la avenida Juárez y la calzada Juambelz estuvieron sin funcionar. En ocasiones agentes de Tránsito dirigían el tráfico, en otras los conductores se arriesgaban a sufrir un accidente.
Por si fuera poco está el problema de los baches, varios sectores de la ciudad parecen más cráteres lunares que cintas asfálticas.
Estos ?pequeños? detalles afectan el desempeño de la Administración municipal. De nada sirve que José Ángel Pérez se faje los pantalones y muestre carácter ante los transportistas, si sus colaboradores más cercanos lo dejan solo en la ?cancha?.
Como cereza del pastel están los problemas generados por los trabajos de modernización de la avenida Juárez. La Cámara de Comercio ya protestó por el atraso que registra la obra, la cual debió estar lista en diciembre. Hasta el momento el avance es de apenas un 50 por ciento.
Los negocios están sufriendo pérdidas y para la Canacoto la obra evidencia una mala planeación. Hasta el momento Aniceto Izaguirre, director de Obras Públicas del Municipio no ha explicado el porqué del atraso.
Este año Torreón celebra su Centenario, hoy más que nunca es inadmisible que la ciudad siga enfrentado problemas de ciudad pequeña. De nada servirá que vengan grandes espectáculos si la ciudad sigue sufriendo por problemas de alumbrado y pavimento.
La actitud que mostró José Ángel Pérez frente a los transportistas y priistas, es necesario que también la tenga frente a sus colaboradores. Apenas va un año de la Administración municipal y no es posible que algunos funcionarios ya se tiren a la hamaca.
Volviendo al futbol, cuando un jugador no rinde en la cancha, su director técnico lo manda a la banca. Es tiempo de que José Ángel le jale las orejas a sus funcionarios para que éstos retomen su compromiso de trabajar por la comunidad o en caso contrario tal vez sea necesario hacer cambios.
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