Ing. Andrés L. Farías Hernández, Presidente Municipal de Torreón, Coah.
El Ing. don Andrés L. Farías Hernández, fue Presidente Municipal provisional en dos ocasiones, la primera los meses de agosto y septiembre de 1912 y la segunda, nombrado por el general Francisco Villa, fue provisional de la era revolucionaria, del cinco de abril de 1914 hasta el 17 de octubre de 1915, fecha en que dejó el cargo porque don Venustiano Carranza designó para ocupar el cargo de Presidente Municipal al Profr. don Ramón Méndez González.
El Ing. Farías era originario de Parras de la Fuente, Coah., donde vio su primera luz el año de 1875. Realizó su instrucción primaria en su ciudad natal, la secundaria en Saltillo, Coah., y los profesionales en la Ciudad de México.
Luego de terminar sus estudios, estableció su residencia en la Villa de Torreón, donde se dedicó a obras de beneficio social y a la política. En los años de 1906 y 1907, desempeñó el cargo de vocal en la Junta de Mejoras Materiales. En 1908, fue quinto regidor del Ayuntamiento de Torreón con don Rafael Aldape Quiroz, en su reelección, y para 1909 fue séptimo regidor del Ayuntamiento con don Juan Eugenio Cárdenas Breceda.
En el libro Torreón a Través de sus Presidentes Municipales del profesor Pablo C. Moreno, refiriéndose a don Andrés L. Farías, en parte dice: “...El tres de abril de 1814 entran las fuerzas constitucionalistas a Torreón. A las 9:00 de la mañana el general en jefe, acompañado de su Estado Mayor y de su escolta sale de Gómez Palacio para Torreón. En el camino se detiene para admirar el heroísmo de sus soldados, que cayeron sin vida al pie de las trincheras enemigas ordenando, emocionado, que se les dé honrosa sepultura. A las 10:00 a.m. entra el general Villa en la ciudad conquistada a sangre y fuego, siendo saludado por el pueblo y notándose que no aparecieron los que pertenecían a las clases acomodadas en el Banco de La Laguna y Casino de Torreón, donde el enemigo improvisó hospitales de sangre, se pusieron unos cartelones que decían “Quedan bajo la protección de las fuerzas constitucionales del general Francisco Villa y de los cónsules extranjeros”.
A las 12 desfila la artillería constitucionalista al mando del general Felipe Ángeles. A la una de la tarde el general Villa tiene una conferencia por telégrafo con el jefe supremo del Ejército Constitucionalista. A las tres de la tarde, recibe Villa al parte que relaciona el botín quitado al enemigo. A las cuatro se dictan órdenes para perseguir a los federales, que en su precipitada huida han dejado casi todos los elementos a los revolucionarios. A las 5:00 p.m. el general Villa visita a los miembros de la colonia Española congregados en los sótanos del Banco de La Laguna. Muchos están densamente pálidos. Les reprocha su actitud para con el pueblo y el Ejército Constitucionalista. Les dice que fusilarlos sería justo por la vehemencia con que moral y peculiarmente, han ayudado a la reacción, pero que quiere probar a sus conciudadanos y al mundo entero que él no es un asesino. Les concede 48 horas para que abandonen el territorio nacional y pone a disposición los trenes que necesiten. El cónsul de los Estados Unidos Sr. Ulmer, que vive aún en Torreón, ayuda, seguramente, a todos para que se cumplan las órdenes del general Villa...”.