Natalí Pulgarín viajará a Bogotá para buscar ayuda y separar a sus hijas unidas por el hígado y el corazón.
EFE
Bogotá.- Una joven colombiana, madre de siamesas que comparten el corazón y el hígado, buscará ayuda médica para separarlas en Bogotá a donde viajó desde la población de Dosquebradas, informaron fuentes humanitarias locales.
Este es el segundo caso de siamesas en Colombia en los últimos meses.
La organización no gubernamental Fundación Apoyo Integral a la Niñez (Fain) acogió a la joven Diana Natalí Pulgarín, de 21 años y madre de Angélica Johana y Kelly Tatiana que nacieron el 13 de diciembre pasado en un hospital público de Pereira.
"Lo único que sé es que las niñas comparten el corazón", dijo a la prensa la madre que tiene además otra niña de cuatro años.
La mujer es una madre soltera de Dosquebradas, localidad en el área metropolitana de Pereira, la capital del departamento de Risaralda, en el oeste del país, y donde comparte una casa alquilada con una decena de personas, entre ellas su madre, Cenelia Pulgarín.
La condición de Diana Natalí despertó la solidaridad de sus vecinos en Dosquebradas y la alcaldía local, que emprendieron una campaña de ayuda en favor de las bebés liderada por "El Diario del Otún", de Pereira.
La joven madre ha recibido ayuda económica para el pago de los servicios públicos del domicilio, incluido el del teléfono, que tenía suspendido, y la compra de alimentos y pañales.
Los médicos del hospital municipal de Dosquebradas informaron a Diana a los tres meses de embarazo que tenía en gestación unas siamesas unidas por el abdomen.
Los especialistas confirmaron luego que las bebés compartían el corazón y el hígado.
Tras el parto, la mujer declaró a medios de la prensa local que esperaba ayuda médica para salvar a una de las niñas.
"Pero de corazón y como madre el deseo es que se salven las dos", apuntó Diana Natalí, quien indicó que el padre de las siamesas es un trabajador de la construcción que no volvió a visitarla desde que le notificó el embarazo.
Ayer murieron otras dos siamesas que nacieron en Medellín y vivían unidas por la cabeza tras ser separadas por un grupo de más de sesenta médicos en una clínica privada de la capital colombiana.
Mariana y Sofía nacieron el pasado 19 de septiembre unidas por el cráneo, y murieron el miércoles después de una cirugía de separación practicada en la clínica bogotana "Jorge Piñeros Corpas".
