Líderes indígenas de una veintena de países respaldaron la decisión del presidente Evo Morales de cambiar la sede de Naciones Unidas, mientras el mandatario volvió a desafiar a Washington con el grito que caracterizó sus tiempos de líder cocalero: causachun coca, wainuchun yanquis (viva la coca; mueran los yanquis).
Con esa frase que no se escuchaba de Morales desde su arribo al gobierno en enero de 2006, el mandatario abrió y cerró el viernes en la tarde un encuentro internacional de pueblos indígenas que deliberaron aquí tres días sobre su situación en el mundo.
Repitió la frase tres veces "para que escuche el embajador estadounidense", Philip Goldberg, a quien no lo recibirá en audiencia mientras él siga de gobernante, según dijo.
La clausura del encuentro tuvo lugar en el Chapare al centro de Bolivia, principal reducto político de Morales donde se concentraron miles de campesinos y cocaleros.
Morales agradeció al gobierno estadounidense por haber construido en la zona un aeropuerto en los años 80 para "acabar con la coca y los cocaleros" y con ironía dijo que en esa pista ha recibido "al compañero (presidente de Venezuela Hugo) Chávez y a Carlos Lage (vicepresidente de Cuba)" durante las visitas que ambos realizaron al país.
A Goldberg le dijo que "debería pedir perdón del pueblo" por haber ironizado su propuesta de mudar la sede de la ONU. El diplomático había dicho que no le extrañaría que el gobierno también pida cambiar de lugar Disneylandia, lo que molestó al mandatario.
Morales dijo el martes que militares estadounidenses no podrán permanecer más tiempo en Bolivia asesorando en la guerra contra las drogas por una cuestión de ``dignidad`` y aseguró que su gobierno no permitirá que se instalen en Bolivia bases militares extranjeras.
En su declaración de doce puntos, los indígenas plantearon "descolonizar la ONU y trasladar su sede a un territorio que dignifique y exprese las justas aspiraciones de los pueblos y estados del mundo".
Morales lanzó la misma propuesta el 26 de septiembre durante su intervención en el foro anual en protesta porque, según dijo, su delegación no recibió un trato acorde con su jerarquía.
Los líderes de pueblos originarios también decidieron "repudiar" los biocombustibles "porque niegan y destruyen el alimento de los pueblos", las semillas transgénicas y acordaron demandar que el agua sea incluida como parte de los derechos humanos para que deje de ser "objeto de lucro".
