Fernando Ulises Adame considera que Durango no tiene otra alternativa y debe apoyar la transformación de los productos de los sectores primarios, pues el estado depende mucho de las actividades agropecuarias.
El Siglo de Durango
En Durango se tiene que trabajar de inmediato para que ni un solo producto que los sectores primarios generan salga sin transformación, dijo tajante el diputado local del PRI, Fernando Ulises Adame de León.
Aunque aún no se definen las comisiones de trabajo en la Legislatura que se instaló ayer, Adame se perfila como el virtual presidente de la Comisión de Asuntos Agrícolas, Frutícolas y Pecuarios en el Congreso del Estado.
“Si no tenemos la capacidad de ser competitivos, de estar realmente, pero de verdad, puestos en el escenario de la competencia, con precio, con calidad, con oportunidad, entonces tendremos poco qué hacer”, advirtió el legislador.
“Queremos trabajar en ese proyecto que hemos venido impulsando desde hace tiempo, y yo tengo la intención de generar una iniciativa de ley que promueva que cada producto se transforme cuando menos en un paso”, añadió.
No obstante, admitió: “Es tarde, sí, yo diría que es tarde para empezar apenas con la necesidad de dar valor agregado y ofrecer algún proceso de transformación a los productos que el campo produce en la entidad”.
Sin embargo, recalcó que lo peor que puede hacer el estado es abandonar en este momento el barco. Por ello, añadió, se debe buscar que por ley se tenga que agregar cuando menos un paso de valor a cada producto.
“Es decir, si usted produce tomate, cuando menos lávelo, y así le da el trabajo a un lavador; o clasifíquelo, y así le da dos empleos, uno a un lavador y otro a un clasificador; o empáquelo también, y ya la cadena es mayor”, refirió.
Fernando Ulises Adame dijo: “Nosotros no tenemos otra alternativa. Durango depende mucho del sector primario, y no hemos podido encuadrarlo bien en el escenario nacional porque el escenario nacional está muy por debajo de la expectativa mundial”.
Criticó que en México no hay, a nivel federal, una política bien clara de apoyo al campo; “por eso vamos perdiendo la batalla ante los países de alta producción, como Argentina, Brasil o Estados Unidos, que prácticamente nos están eliminando del mercado”.
TLCAN
Es un parteaguas el año 2008, cuando se abre plenamente el capítulo agropecuario dentro del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), opinó Fernando Ulises Adame de León.
Dijo que prácticamente desde este momento están abiertas las fronteras a los productos agropecuarios, como por ejemplo en el caso de las importaciones de maíz, donde la importación es muy grande, más allá de lo proyectado.
Y lo anterior lo atribuyó “como consecuencia de nuestra poca capacidad de producción”, aunque de cualquier forma insistió en que las importaciones “realmente no están controladas, ni con los cupos de introducción”.
Y es que, finalizó que hay espacios del TLCAN que permiten la introducción de maíz quebrado o en algunas ocasiones se autorizan importaciones especiales.
“El caso de la leche en polvo es semejante, mientras que en el caso del frijol podremos ser competitivos todavía por la cuestión de las distancias, y esperamos seguirlo siendo, eso a Durango le conviene”.