Planea Arturo Ripstein hacer series de TV
El realizador mexicano Arturo Ripstein asegura que cada vez es más difícil para él levantar un proyecto fílmico, a diferencia de un novel director; sin embargo, no cesa en su interés de contar historias en el celuloide, y prepara un largometraje de ficción con una guión original y tiene en proyecto realizar un documental para televisión de la artista plástica Leonora Carrington.
Se trata, dice Ripstein, de retomar el proyecto de Creadores Eméritos que se venían haciendo en Conalculta, pero que en el sexenio pasado se detuvieron. “De hecho yo hice el último retrato de esta serie y fue dedicado a Juan Soriano. Ahora se lo he propuesto al CNCA para reactivarlo, y me parece necesario para conocer la obra de todos ellos”.
Ripstein explica que se trata de materiales de 30 minutos de duración, aproxiamadamente. “Escogí a Leonora Carrington, primero porque me gusta su trabajo, lo conozco desde hace mucho tiempo, aunque no somos amigos, sí conversé con ella alguna vez, pero estamos en las primeras pláticas para poder realizarlo”.
Entrevistado en el marco del 33 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde participa como jurado de la Sección Oficial de Largometrajes, Ripstein habla de su función para calificar las películas participantes: “Soy muy estricto, porque soy muy visceral a la hora de cintas. No soy un estudioso de las teorías cinematográficas, me gustan o no las propuestas. Es terrible para mí esta función, porque un cineasta tiene gustos muy estrechitos, a diferencia de un crítico que tiene un panorama más amplio”.
A sus casi 64 años, Ripstein es considerado una institución de la cinematografía mexicana y sobre todo un director que ha sabido desarrollar un cine de autor. Sin embargo, desde su perspectiva cada vez es más complicado para él levantar un proyecto. “Las condiciones son cada vez más complejas. No sé si le sucede esto a todos los cineastas viejos, lo que sé es que a un director joven, que no ha hecho nada, le cuesta menos trabajo arrancar un proyecto que a mí”. De ahí parte su noción de que el cine mexicano vive la etapa de los “óperos primos”.
“En nuestro país existe esta idea de que todo tiene que ser novedad, vamos a ver con quién encajamos y es difícil competir con los jóvenes debutantes. Pero en general es una labor terrible levantar una película”, afirma el director, quien fue considerado como un embajador del la creación fílmica nacional en los principales escenarios del mundo.
A pesar de la fama, los premios y el prestigio internacional que supone la firma de Arturo Ripstein, asegura: “Uno termina siendo historia, creo que mi permanencia en el cine tiene que ver con la suerte”.
Señala que el público siempre ha tenido para él un interés fundamental. “Siempre estoy muy pendiente de que mis películas tengan una coherencia y sean comprensibles, nunca he despreciado al espectador”.