Con el propósito de generar un debate que conduzca a ?la meta prioritaria e indispensable de erradicación de la pobreza en el menor tiempo posible?, y con el ánimo de que sirva de ?guión para iniciar un proceso de estudio, análisis, y discusión? con ese objeto, Alberto Bailleres y Arturo M. Fernández han puesto a circular el documento titulado Visión de país. De la pobreza a la prosperidad para todos.
Conviene tomar la palabra a los autores. Hasta ahora, el debate sobre el presente y el futuro del país se ha producido sobre todo en la actividad parlamentaria, o entre partidos con motivo de campañas electorales, y en los ámbitos académicos. En unos y otros espacios se han generado y contrastado modos diversos de ver el futuro mexicano, algo indispensable si no se quiere caminar a ciegas, sin rumbo. En noviembre de 2005, empresarios encabezados por Carlos Slim propusieron el Acuerdo nacional para la unidad, el Estado de Derecho, el desarrollo, la inversión y el empleo, más conocido como pacto de Chapultepec. Si bien el candidato panista investido ahora como presidente de la República firmó ese documento, no se ha apreciado en sus mensajes y actividad inicial (lleva apenas cuarenta días en el cargo) referencia alguna al modo en que pueden ser convertidos en políticas públicas los contenidos correspondientes.
Puesto que el desenlace electoral produjo discordia en vez de lo contrario, se hace indispensable multiplicar los espacios donde la sociedad mexicana se examine a sí misma, diagnostique de nuevo su estado de salud y de ánimo y se encamine a un nuevo consenso social, que supere los enconos políticos mediante la valoración de las coincidencias por encima de las diferencias.
Los autores tienen una posición relevante que hace audible su voz. Bailleres es uno de los más prominentes empresarios mexicanos, cuyos negocios florecen en los ramos agrícola (Grupo de agrinegocios Bal), comercial (El palacio de hierro), industrial (Minera Peñoles), financiero (Grupo Nacional Provincial, Crédito afianzador, Valores mexicanos), etcétera. Como lo hizo su padre Raúl Bailleres al establecer las bases para su fundación hace sesenta años, es presidente de la Asociación mexicana de cultura y el Instituto tecnológico autónomo de México. Fernández, a su vez, egresado de esa institución, es su rector desde 1992 (prolongado periodo que se aproxima a los 19 años en que ese puesto fue ejercido por Javier Beristáin y empata ya los quince de Agustín de la Llera).
Nadie duda de la creciente relevancia del Itam en la vida pública. Aunque los cuadros que allí se han formado participaron en la economía privada preferiblemente, ha crecido su inserción en la administración pública. El propio Felipe Calderón cursó allí una maestría y fue profesor, y en el cuadro de sus colaboradores abundan los egresados de ese instituto. De modo que, aunque no lo hagan explícitamente en nombre del Itam, la toma de posición de sus dos principales dirigentes adquiere gran importancia desde el momento mismo de ser emitida y su relevancia crecerá de lograr su propósito de acicatear la discusión y alcanzar su meta respecto de transitar de ?la pobreza a la prosperidad?.
Aunque la condición menesterosa de millones de mexicanos sea tan evidente, nos golpee la vista y la conciencia con tal fuerza que nadie puede soslayar su existencia, es digno de subrayar que Bailleres y Fernández, integrantes de la elite mexicana, beneficiaria de los procesos de concentración de la riqueza, reparen en ese grave lastre más allá del debate electoral, y lo hagan precisamente en la hora en que habiendo triunfado una opción que no puso el acento en ese fenómeno (y quedando derrotada la que sí lo hizo) parezca posible pasarlo por alto, o considerarlo simplemente como el efecto de procesos económicos inexorables.
La Visión de país expuesta por los autores no invita a la simple adhesión sino al contrario, a su debate. Pero generará amplio consenso su insatisfacción con la situación reinante: ?Todavía hay una brecha enorme entre nuestras aspiraciones y nuestra realidad en términos de libertades, justicia, prosperidad y pluralidad. Por ejemplo, en materia de prosperidad y justicia el país ha sido incapaz de ofrecer oportunidades para todos, como se manifiesta en el estado inaceptable de pobreza extrema en que viven muchos mexicanos y en su éxodo masivo al exterior?.
El documento está formado por 70 puntos, reunidos en el prólogo (?Una visión de nación para México?), dos capítulos (?Los valores? y ?Los pilares para conseguir nuestra visión de nación?) y un epílogo (?Un anhelo como corolario?) Si bien los autores priorizan la libertad sobre la justicia, no los presentan como valores antagónicos, aunque su defensa del libre mercado y la actividad empresarial no deje en claro los efectos generadores de pobreza del capitalismo salvaje. Su igualitarismo, contrario a las excepciones favorables a sectores vulnerables puede resultar en la inequidad que deriva, conforme a la fórmula aristotélica retomada por santo Tomás de Aquino, de ofrecer trato igual a los desiguales.
Pero no se trata de discutir aquí y ahora el contenido de esa Visión de país y enfrentarla con la mía. Lo útil en este momento es saludar la aparición de este documento y proponer que la Asociación mexicana de cultura, que lo edita, y el Itam, que sus autores dirigen, organicen su difusión y debate, admitido que ?como consecuencia natural de la pluralidad...no se puede convocar a la unanimidad?.