Policias de película
El horario es malo; lo paga, insuficiente; el café, pésimo; los compañeros siempre están de mal humor y el jefe no para de gritar, pero ahí están, dispuestos a jugarse el pellejo para que la ciudad duerma tranquila, pero nadie se quede traspuesto en el cine.
‘La gente ya no cree en héroes’
Agente: Max Rockatansky (Mel Gibson).
En pantalla: Mad Max 1-3 (1979-1985).
Mejor no imaginarnos para qué sirve un policía en medio del barullo de un apocalipsis, aunque sea un fin del mundo talla M, de los normalitos, dirigido (en tres episodios) por George Miller. Esta versión Hotwheels del vengador justiciero, aparte de poner Oceanía en los mapas de carreteras, sirvió para que le tomáramos mucho miedo al horizonte.
Poli bueno/Poli malo: Pues con esa pinta de chulo con malas notas en la escuela, las gafas de sol y los cueros, mejor que no te lo encuentres robando casetes.
¿Te gusta mi pistolita? La recortada es una forma de vida. Esto… quizá por eso Max no tiene ni casa ni familia ni sitio donde caerse muerto. Y no, no aceptamos moto como animal de compañía.
‘¡Vivo o muerto, tú vendrás conmigo!’
Agente: RoboCop (Peter Weller).
En pantalla: RoboCop 1 y 2 (1987).
En Detroit, la ciudad de la siderurgia, a los polis seriamente heridos les injertan lo que sobra a la fábrica de General Motors. Luego, claro, se vengan como mandan los cánones y el convenio colectivo de soldadores. Un tipo difícil: no usa el “míreme a los ojos” y tiene la expresividad en el mentón.
Polibueno/Poli malo: El ángel exterminador de los 80, ideado por Paul Verhoeven, no niega su parentesco con el hombre de hojalata de El Mago de Hoz. Busca corazón.
¿Te gusta mi pistolita? Pistolón, oiga. Éste sí es el auténtico brazo armado de la Ley.
‘Si lo matas, él gana’
Agente: Teniente William Someset (Morgan Freeman).
En pantalla: Seven (1992).
De esta pareja, lo fácil era elegir al guapo, joven y blanco interpretado por Brad Pitt. Pero como ése hay cientos, incluso en nuestra benemérita. El maestro es la clave. David Fincher hace una gloriosa adaptación del mejor tópico del cine policiaco: ese hombre en su último día de trabajo que no puede dejar solo a su compañero hasta encontrar al asesino.
Poli bueno/Poli malo: Hasta los más buenazos tienen su puntito: hay teorías que dicen que el personaje de Gwyneth Paltrow se enamora de Freeman cuando visita el nidito de amor (y ruido de tren) de la pareja wasp.
¿Te gusta mi pistolita? Su arma son los consejos. Casi como un filósofo zen, ¿O tal vez es un remedo afroamericano del señor Miyagi?
‘¿Es artificial?’
Agente: Rick Deckard (Harrison Ford).
En pantalla: Blade Runner (1982).
En el futuro, los policías irán uniformados con roñosas gabardinas. Así son los antihéroes modernos en el mundo ¿feliz? de Ridley Scott.
Poli bueno/Poli malo: Se pasa con tanto remordimiento. Es el auténtico monje-policía.
¿Te gusta mi pistolita? Ni automáticas ni leches, los buenos resultados en el cursillo CEAC de Empatía para Reconocer Replicantes son su baza.
‘¡Bésame el trasero!’
Agente: Detective Axel Foley (Eddie Murphy).
En pantalla: Superdetective en Hollywood 1-3 (1984-94).
El clásico policía poco ortodoxo de Detroit que llega a la perfumada California y encandila a todo el que se cruza en su camino, incluso al director Martin Brest. Un tipo que marcó estilo.
Poli bueno, poli malo: Si se lo preguntan a sus compañero (esa pareja mítica: Judge Reinhold y John Ashton), negarán haberlo conocido.
¿Te gusta mi pistolita? Con sus zapatos Adidas corre que parece volar. ¿Y la chaqueta de rugby? Pues para despistar.
‘Me gustan los traseros, me ponen cachondo’
Agente: Teniente Vincent Hanna (Al Pacino).
En pantalla: Heat (1995).
Entre sus ‘armas’ están esa voz de habérselo fumado todo, esos ojos de trasnochar con café malo, esos andares de haber pateado los tugurios hasta canjear su vida por su profesión.
Poli bueno/Poli malo: Michael Mann se las apañó para que el policía y el ladrón (De Niro) pareciesen del mismo bando: los dos por encima de la Ley.
¿Te gusta mi pistolita? Nos gustaba más su metralleta en El Precio del Poder.
‘No existe un nombre para lo que él es’
Agente: Clarice Starling (Jodie Foster).
En pantalla: El Silencio de los Inocentes (1991).
Bolso barato y zapatos de imitación, pero una ambición a prueba de asesinos en serie. Éste es el caso de la típica becaria repelente que acaba echándose a la espalda a todo el FBI con un órdago al asesino más buscado. ¡Cuidado! Jonathan Demme nos demuestra que es un problema tener tanto talento. Te agarran envidia y te mandan al archivo, a buscar documentación…
Poli bueno/Poli malo: Mucha empatía con las víctimas, sí, pero no es que sea muy normal ir al loquero de Lecter a buscar información, claro que para el FBI todo vale.
¿Te gusta mi pistolita? Ella hubiese cambiado su arma por un visor nocturno para verlo todo mucho más… verde.
‘Si ellos toman un cuchillo, tú toma una pistola…’
Agente: Jim Malone (Sean Connery).
En pantalla: Los Intocables de Eliot Ness (1987).
Es mejor no hacer mucho caso a Capone, pero si es verdad que Ness-Costner sólo sabía lucir la chapa, alguien tenía que llevar los pantalones en la escuadrilla que montó Brian de Palma. Qué mejor que un escocés (independentista, además) para dar vida a un viejo sabueso irlandés.
Poli bueno/Poli malo: Pésimo para el acento irlandés, espléndido para aconsejar mano dura y dar los mejores trucos de la botica del abuelo madero.
¿Te gusta mi pistolita? Nadie menea la porra mejor. Tantos km. de caminata-patrulla curten.
‘Imbécil, ¿no me conoces?’
Agente: Frank Serpico (Al Pacino)
En pantalla: Serpico (1973).
Muchos apostarían a que este personaje es imposible en la vida real: un madero de vuelta de todo, íntegro y rebelde, que acaba sacrificándose, mártir de la causa anticorrupción de Sidney Lumet en una comisaría que parece el patio de Monipodio.
Poli bueno/Poli malo: Es bueno, pero a la comunidad burguesa bienpensante les parece malo. Por esos pelos y esa pinta de quinqui que tan bien le venía para montar el pollo en el departamento.
¿Te gusta mi pistolita? No. Con la moto liga más.
‘Alégrame el día’
Agente: Inspector Harry Callahan (Clint Eastwood).
En pantalla: Harry, el Sucio (1971), Harry, el Fuerte (1973), Harry, el Ejecutor (1976), Impacto Súbito (1983), La Lista Negra (1988).
El vaquero solitario en la ciudad. Le ha tocado lidiar con los 70, con Vietnam y su resaca, los camellos y las últimas chorradas del Flower Power de San Francisco. Y Harry, el icono supremo del policía por encima de la Ley, no está para tonterías. ¿Fascista? Ninguna caricatura le hace justicia. Traguemos saliva por obra y gracia de Don Siegel.
Poli bueno/Poli malo: Pues eso, usted decide. ¿Le gustan las verdades a la cara, aunque sea escupidas, o prefiere el imperio de lo políticamente correcto?
¿Te gusta mi pistolita? Nos encanta. La Magnum 44 nunca fue tan magna.
‘¿Cuál es su nombre, cadete?’
Agente: Cadete Carey Mahoney (Steve Guttenberg).
En pantalla: Loca Academia de Policía 1-4 (1984-1987).
¿Y lo que le gustaba hacerse pasar por un superior en la escuela de policías más chapucera del cine universal? Ríase usted de las lecciones de bigotillos de los grises o de los cursillos de mordidas de las repúblicas bananeras. Menudo jeta el Mahoney éste, intentando ligarse a una Kim Cattrall que todavía no había descubierto los manolos. Ni siquiera una buena esteticién. ¡Vaya pelos!
Poli bueno/Poli malo: Las mata callando, con su media sonrisa de vaguete, un jefe ideal de oficina del D.N.I.
¿Te gusta mi pistolita? Pistolitas, las de Tackelberry, el loco del armamento. Guttenberg prefería volverte loco con su piquito de oro.
‘Resumiendo: estoy muerto’
Agente: Sargento Martin Riggs (Mel Gibson).
En pantalla: Arma Letal 1-4 (1987-1998).
En toda comisaría hay un tipo que va a su aire. “A ése, déjenlo’, aconsejaría el sargento. Un tipo incapaz de pasar a máquina un informe, de peinarse por las mañanas y de no responder con saña a la llamada de la adrenalina. Las melenitas ‘a la búlgara’ acompañan siempre a este policía, amigo de sus amigos, que siempre está a punto de superar ‘lo de Vietnam’ y la muerte de su esposa. Justo cuando va a recuperarse, aparece otro de esas piruetas ‘a vida o muerte’ a las que nunca va a decir que no.
Poli bueno/Poli malo: La amistad lo es todo, aunque con las tópicas desconfianzas homofóbicas del policía ochentero. Su lema sería ‘Mariconadas, las justas’. En la cuarta parte ya había perdido el pelo de la dehesa.
¿Te gusta mi pistolita? El tamaño no importa. Pequeña pero matona, casi con un toque femenino, más freudiano que real. La mima y la usa mucho menos de lo que dice. Pero… ¿de qué estamos hablando?
‘Hijo de...’
Agente: Detective Jimmy ‘Popeye’ Doyle (Gene Hackman).
En pantalla: Contra el Imperio de la Droga (French Connection) 1-2 (1971-75).
Gene Hackman, con gorrito de panoli y frente despejada, reinventó al policía moderno, cada vez más cerca del Teniente Corrupto de Ferrara que del héroe jimmystewartizado del pasado. Popeye dispara por la espalda, mata agentes de la Ley y persigue trenes si es necesario. Y si no, también.
Poli bueno/Poli malo: Los créditos finales de la primera parte despistan: Popeye es apartado de narcóticos y reasignado.
¿Te gusta mi pistolita? El que nos flipa es el malo Fernando Rey (William Friedkin pidió ‘al actor de Belle de jour’, Paco Rabal, y le trajeron a Rey).
‘Tengo una resaca de muerte’
Agente: Teniente John McClane (Bruce Willis).
En pantalla: Duro de Matar 1-4 (1988-2007).
Para un roto y para un descosido. Es como si siempre pasara por allí, una especie de Superman sin traje, un Manolo, el del bombo, pero en lugar de lidiar con la selección, lo hace con terroristas internacionales (casi igual de nocivos). Rudo, pero juguetón, por complicadas que se pongan las cosas, siempre pone el comentario perfecto en el momento adecuado. Excepto, tal vez, su mítico, filosófico e inextricable ‘Yipikayei, hijo de...’.
Poli bueno/Poli malo: Un Juan Palomo de la acción: ‘Si no lo hago yo, no lo hace nadie’. Cae bien sin pretenderlo.
¿Te gusta mi pistolita? McClane acaba de decir adiós a la Beretta 92FS de las tres primeras entregas. El ataque informático de Duro de Matar 4 exige una respuesta imaginativa.
