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Posdata Secretarial / BRUJERÍAS EN LA OFICINA

Profra. Pilar Díaz Rivera de López

Querida Secretaria:

Una bandada de brujas modernas y de hechiceros flamantes en la oficina:

LA LLORONA GERMELINA que se deshace en lágrimas por la más leve llamada de atención. Justifica sus errores en los hombros de quien puede.

EL AMBULANTE EPIFACIO mantiene su paradero en un misterio profundo e inventa pretextos para justificar sus ausencias.

LA TEMPERATURA RIVERALDA hace un berrinche cuando alguien no está de acuerdo con ella. Ruda, sarcástica, se especializa en el despliegue de diferentes emociones y malos humores.

EL RETADOR SIDRONIO es de armas tomar y buscar siempre a alguien para iniciar una contienda.

LA LITIGANTE ILUMINADA discute con el jefe, con los compañeros, con los clientes... y, bajo ninguna circunstancia, jamás admite que puede estar equivocada.

EL FIERABRAS ERESMILDO amedrenta, sobaja y pone como nuevos a los demás enfrente de todos. Con sus arrebatos contribuye, en gran escala de decibeles, a la contaminación del ruido.

LA ENREVESADA ERCULINDA siempre con una desorganización total en su trabajo, pero lo suficientemente sagaz para pasar a quien puede los trabajos tediosos o difíciles.

EL POSTERGADOR TEODISELDO deja todo para la última hora y luego reprende a los otros porque no pueden entregar a tiempo los trabajos encomendados para su provecho.

LA EGÓLATRA TAMSÍ presume, se hace publicidad ella misma e insiste en ocupar siempre el centro del escenario. Entrometida y creída, causa bastantes dolores de cabeza a los demás.

EL ARBITRARIO EVEDASTO se esmera en ser impositivo. Fija estándares de perfección imposibles de alcanzar y atormenta a los demás hasta convertirlos en un manojo de nervios.

LA AMARGADA BELINDE minusvalora a su empresa, a su jefe, a sus compañeros. Es muy notoria su falta de entusiasmo por lo que está haciendo y, con razón, todos se preguntan por qué sigue en la empresa.

EL INESCRUTABLE ATAULFO se da por bien servido en toda ocasión. Nunca hace saber a sus empleados si algo estuvo bien y tampoco se molesta en tener una frase de halago o gratitud para con ellos.

Esperemos que estos caracteres no sean fantasmas del día de los muertos que se aparezcan y se queden en tu oficina.

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