El presidente boliviano Evo Morales desestimó ayer las críticas por sus relaciones con Irán, afirmando que Bolivia necesita de toda la ayuda que pueda conseguir a nivel internacional. (AP)
Los líderes latinoamericanos que intervinieron ayer ante el pleno de la 62 Asamblea General de la ONU expresaron su preocupación por la emigración, el respeto de los derechos humanos, el cambio climático y el comercio con las potencias industrializadas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que habló después del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon y fue el primero de la región en pronunciar su discurso, apostó por los biocombustibles como solución para combatir los problemas del cambio climático.
Subrayó que pueden ser también una oportunidad económica para que los países en desarrollo eviten el aumento de las desigualdades en el mundo.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se centró en el compromiso de su país con la defensa de los derechos humanos y en la lucha contra el cambio climático.
“Chile desea promover con fuerza el respeto universal de los derechos humanos”, dijo Bachelet, que también consideró que crear “un orden internacional más justo y más humano sólo será posible si en el centro del debate se pone el respeto a la dignidad de la persona, independientemente de su religión, raza, género o condición social”.
La presidenta chilena aseguró que su país va a trabajar “no sólo para mejorar prácticas y legislación interna”, sino también para promover la consolidación de los derechos humanos “como un nuevo pilar del sistema de Naciones Unidas, junto al desarrollo económico y social, la paz y la seguridad”.
El creciente sentimiento contra los inmigrantes indocumentados en parte de la opinión pública y la clase política de Estados Unidos, interesó al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, quien pidió un trato justo para los millones de centroamericanos que viven en ese país.
Según Zelaya, “la emigración es un derecho humano”, al tiempo que criticó a los que quieren penalizarla, comparando esa actitud con los regímenes fascistas.
“La emigración no es, no ha sido, ni debe ser considerada nunca como un delito o una amenaza, sino como un derecho humano. La emigración no debe ser incluida ni pertenece a la agenda de seguridad de los países”, sostuvo.
Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, cuestionó el derecho del “imperio” (EU) de impedir que países como Irán y Corea del Norte desarrollen armas nucleares.
Ortega aseguró que al igual que lo ocurrido durante el primer Gobierno sandinista de Nicaragua (1979-1990), el enemigo sigue siendo el “capitalismo imperialista”.
Denunció que “el capitalismo imperialista” impone “un orden económico mundial dictado por una minoría de dictadores que buscan sus intereses”.
El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, destacó el crecimiento económico y la reducción de la pobreza que ha logrado su país, a pesar de que los “poderosos” no siempre cooperan para que las naciones en desarrollo superen las dificultades que “ensombrecen nuestro futuro”.
Suspende Chávez asistencia a asamblea
El presidente Hugo Chávez descartó su asistencia a la 62 Asamblea General de las Naciones Unidas alegando complicaciones de agenda y dijo que lamentaba no acudir en ese foro porque serviría para “desenmascarar” a Estados Unidos, informó ayer la agencia estatal de noticias.
Chávez declaró la noche del lunes, en un programa de la televisora estatal, que no podría viajar a Nueva York para intervenir el 26 de septiembre en la Asamblea General de la ONU debido a “complicaciones de agenda y a varias actividades a realizar en Venezuela”, según reseña de la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) .