Familiares de los sudcoreanos secuestrados en Afganistán se manifestaron ayer en contra de Estados Unidos, a quien exigen su compromiso para el rescate de los rehenes, enfrente de la Embajada estadounidense de Seúl, Corea del Sur. (EFE)
Varios helicópteros del Ejército Nacional afgano lanzaron ayer volantes en la provincia de Ghazni, donde fueron secuestrados y se encuentran retenidos 21 rehenes sudcoreanos, en los que advierten a la población de una inminente operación militar para liberarlos.
El último plazo fijado por el Talibán para matar a varios de los 21 sudcoreanos sobrevivientes finalizó el miércoles sin que fuera conocida su suerte.
El plazo expiró tras haber encontrado la policía afgana el cadáver de un segundo rehén asesinado desde que los 23 sudcoreanos fueran capturados hace dos semanas. Otros plazos fueron prorrogados por horas o días, pero a las pocas horas de concluir fueron asesinados dos integrantes del grupo religioso.
Qari Yousef Ahmadi, que afirma ser vocero del Talibán, dijo que los guerrilleros exigieron que el Gobierno liberara a ocho de sus camaradas de armas antes del mediodía del miércoles o de lo contrario serían ejecutados más rehenes.
“El Ministerio de Defensa desea iniciar una operación militar en el área”, proclamaron los volantes. “A fin de garantizar su seguridad y que no sean afectados por la operación, les pedimos que se trasladen a zonas seguras controladas por el Gobierno”.
Los volantes no indicaron cuándo o dónde será iniciada la operación, ni tampoco fue aclarado si su objetivo es liberar a los rehenes. Un vocero del Departamento de Defensa no quiso formular comentarios.
Los sudcoreanos fueron secuestrados el 19 de julio cuando viajaban en autobús por la carretera entre Kabul y Kandahar. Fueron el mayor grupo de extranjeros secuestrados en Afganistán desde la invasión de 2001 encabezada por Estados Unidos y que derrocó al régimen teocrático del Talibán.