Sarkozy expuso este objetivo en su discurso ante el Consejo Económico y Social, donde intervino en uno de los actos convocados por el Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza. (AP)
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció hoy que ha encargado al Gobierno la tarea de reducir, hasta 2012, un tercio (más de dos millones) el número de pobres que hay en el país y que asciende a algo más de siete millones.
Sarkozy expuso este objetivo en su discurso ante el Consejo Económico y Social, donde intervino en uno de los actos convocados por el Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza.
El umbral de la pobreza se sitúa en el sesenta por ciento del ingreso medio, lo que en el caso de Francia supone 817 euros al mes, límite al que no llegan 7.13 millones de personas.
El propio Sarkozy confirmó esa cifra en su discurso, en el que también precisó que hay tres millones de personas con un problema de vivienda, bien porque se encuentre en pésimas condiciones o porque carecen de ella.
La situación es más preocupante, dijo, porque no afecta sólo a los desempleados, sino que entre los pobres figuran también personas con un trabajo, pero precario y mal pagado.
Sarkozy admitió que el objetivo de reducción de la pobreza es "difícil", y pidió que al papel del Estado se una la ayuda de los particulares, las asociaciones e incluso el sector empresarial privado.
Para apoyar esa labor y fomentar el voluntariado y la generosidad se comprometió a aplicar medidas fiscales, laborales y de organización de los estudios por parte de los jóvenes.
En concreto, propuso que los años dedicados al voluntariado puedan contar en el cálculo de la jubilación y que los estudiantes puedan ser más valorados en los exámenes.
El presidente francés afirmó que su país no va bien porque "desperdicia sus recursos" y adelantó que va a modificar el modelo social, con la creación de nuevas ayudas de solidaridad.
Consciente de la situación depauperada y de marginalidad que se vive en numerosas barriadas periféricas de grandes ciudades, Sarkozy dijo que es necesario tenerlas en cuenta, ya que en ellas "viven jóvenes que están minados por el sentimiento de ser los olvidados de la sociedad y están humillados por la ausencia de futuro".
La jornada de rechazo de la miseria tuvo como elemento central en Francia la plaza del Trocadero, en París, donde se instalaron unas carpas que albergaron debates, una exposición de fotografías que muestra la pobreza en diferentes partes del mundo, actuaciones musicales y una concentración de asociaciones dedicadas a la lucha contra la exclusión.