Durante la entrevista, Sarkozy discutió con franqueza qué cosas le gustan de Estados Unidos. (AP)
El presidente de Francia Nicolas Sarkozy puso fin de manera brusca a una entrevista televisiva, diciendo que era "estúpida" y que había cometido "un gran error" al aceptarla, tras negarse a responder a preguntas sobre su esposa, Cecilia, de la que piensa divorciarse.
Inclusive antes de que comenzara la entrevista de "60 Minutes" del canal CBS en París, Sarkozy calificó a su secretario de prensa como un "imbécil" por acordar la entrevista en un día trajinado. La entrevista fue efectuada a comienzos de octubre, unas dos semanas antes de que los Sarkozy anunciasen su divorcio, y difundida el domingo en la noche.
"No tengo tiempo. Tengo mucho trabajo que hacer, tengo una agenda apretada", dijo Sarkozy a través de un traductor antes de comenzar la entrevista. En inglés, añadió, "Very busy, very busy." (Muy ocupado, muy ocupado).
Durante la entrevista, Sarkozy discutió con franqueza qué cosas le gustan de Estados Unidos. Dijo que admiraba la ética del trabajo de los norteamericanos y las posibilidades de subir en la escala social, sin importar su clase o sus antecedentes.
Pero se mostró irritado cuando se le preguntó por su esposa Cecilia. La cónyuge de Sarkozy ayudó a negociar la liberación de cinco enfermeras búlgaras y de un médico palestino acusados de infectar a niños libios con sida. Cecilia no apareció en una ceremonia donde Sarkozy recibió una medalla de Bulgaria, una expresión de agradecimiento por las gestiones en Libia.
"Si tuviese que decir algo acerca de Cecilia, ciertamente no lo diría aquí", dijo Sarkozy exasperado.
De inmediato informó que la entrevista estaba terminada. Dos semanas después, se anunció el divorcio de los Sarkozy.
