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ISLAMABAD, PAKISTÁN.- Un día antes de los comicios presidenciales, la Corte Suprema de Pakistán falló ayer que no se podrá declarar un ganador de la votación hasta que resuelva si el actual mandatario, el general Pervez Musharraf, puede ser elegido como candidato.
La sorpresiva resolución crea incertidumbre política y pone en riesgo la apuesta de Musharraf de conseguir un nuevo mandato de cinco años en los comicios de hoy. La decisión judicial también arroja dudas sobre las posibilidades de una alianza con la ex primera ministra Benazir Bhutto.
Los opositores de Musharraf consideran que no puede postularse a un nuevo mandato mientras siga siendo el jefe del Ejército, ya que hacerlo violaría la Constitución. Habían pedido a la Corte Suprema que suspendiera la votación.
El presidente del máximo Tribunal, el magistrado Javed Iqbal, expresó que la elección de las asambleas nacionales y provinciales se realizará como está previsto. Pero dijo que los resultados oficiales sólo serán anunciados después que haya fallado sobre las peticiones.
Indicó que las audiencias se reanudarán el 17 de octubre, por lo que incluso en el caso de que Musharraf lograra la mayoría de votos, tendría que esperar al menos 11 días antes de saber si asumirá un nuevo mandato. Su actual mandato presidencial expira el 15 de noviembre.
“Pakistán estará en un estado de incertidumbre política durante algún tiempo”, expresó el analista Talat Masood.
El Gobierno dijo que respetará la decisión del viernes.
“Siempre hemos aceptado y respetado los fallos judiciales y también aceptamos el fallo de hoy”, manifestó el viceministro de Información Tariq Azim.
Un abogado del juez jubilado Wajihuddin Ahmed, el principal rival político de Musharraf y uno de los demandantes, admitió que el triunfo era parcial.
“Hemos logrado una victoria del 60%”, expresó el abogado Khan frente al Tribunal. “Tenemos muchas esperanzas de que triunfaremos en la Corte Suprema”.
La popularidad de Musharraf ha disminuido desde que intentó despedir al presidente de la Corte Suprema en marzo. Su Gobierno también enfrenta una ola de militancia islámica.
Musharraf, que asumió el poder en un golpe de Estado de 1999, ha prometido renunciar a su puesto militar si gana los comicios.