La Policía camboyana ha prohibido a los conductores que instalen en su vehículos bocinas que imitan sonidos animales, como el mugido de los toros, y que según las autoridades contribuyen al incremento de los accidentes de tráfico.
La medida, publicada en el rotativo Kampuchea Thmey, se encamina a eliminar ese tipo de bocinas, que se han convertido habituales en el caótico tráfico de ciudades como Phnom Penh, la capital del país.
Y es que por unos cinco dólares, cualquier conductor de camión, coche o moto puede hacer que su vehículo relinche como un caballo y ladre como un perro gracias a esas bocinas, fabricadas en la vecina China.
Sin embargo, los vendedores de las nuevas bocinas, al menos los de Phnom Penh, han señalado que seguirán vendiendo las nuevas bocinas e intentando conseguir la novedad más esperada: el claxon que imita el rugido de un tigre.