GUADALUPE VICTORIA, DGO.- Los “puchadores” operan a todas horas en esta ciudad enviciando a jóvenes con la distribución de droga, frente a una Policía incapaz de detenerlos.
Hace menos de diez años las denuncias del narcomenudeo en Guadalupe Victoria se enfocaban a centros de bailes y antros; hoy, en pleno Centro de la ciudad de hacen los canjes de sobres por dinero. Así lo observó este medio de comunicación.
Una de las avenidas muy socorridas por la presencia de estos enviciadores es la Héroes de Chapultepec, entre los barrios La Hacienda y Loma Verde, donde sujetos en un vehículo café hacen las entregas a plena luz de día.
Dichos “puchadores” no tienen problemas, el terreno está despejado, no hay vigilancia, los policías están en sus cuarteles sin pena ni gloria; los vecinos de ese sector señalan que ya están cansados de denunciar esta situación, pero no pasa nada, todo sigue igual.
El narcomenudeo va de menos a más; de las administraciones pasadas el entonces alcalde Alfredo Ortiz fue el único que demostró tener valor civil al denunciar la venta indiscriminada de droga en las discotecas, incluyendo a los ministeriales por solapadores.
La denuncia llegó hasta el Procurador de Justicia, quien –como todos- prometió investigar por parte de Asuntos Periciales, y lo único que se logró en aquel entonces fue cambiar a los ministeriales a otro sector; no pasó a más, la venta de droga siguió, ante la apatía de las autoridades judiciales.
A partir de entonces los alcaldes han sido complacientes con este problema, o no saben o tienen algún interés con los distribuidores de droga.
El año pasado el líder campesino y ahora regidor Rubén Ibarra Alcántar también denunció el narcomenudeo y evidenció a las autoridades por su pasividad o indolencia; lo único que logró fue que las autoridades lo investigaran a él y no a los enviciadores, tal vez para intimidarlo y que dejara el asunto por la paz.
Hoy el panorama es más crítico, señalan las amas de casa, quienes ante la gravedad del problema dicen estar pendientes en las puertas de la secundaria para proteger a sus hijos; pero esto no lo hacen todos los padres de familia, tal vez la mayoría confía en la vigilancia policial, la cual nunca cumple como lo prometen los políticos en sus campañas para llegar al poder.
Las personas entrevistadas por El Siglo de Durango exigen a la nueva administración más vigilancia en las escuelas y calles de la ciudad, donde operan los enviciadores con todo cinismo y sin riesgo de ser detenidos porque saben que hay una Policía deficiente, llámese Preventiva o Estatal.
