Recuerda el presidente el natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla y reitera su compromiso con las comunidades indígenas.
Por los caminos de piedra, en esta comunidad enclavada en una ladera del semidesierto, y a pesar de sus más de ochenta años, caminó Inocencia Ramírez para pedir le permitieran hablar con el presidente Felipe Calderón a quien le solicitó: “Quiero la libertad porque estoy acorralada”.
Fue Inocencia, doña Chencha como todos la conocen aquí, quien le pidió al presidente ayuda para solucionar un problema agrario.
Sola, con un palo como bastón y un paliacate verde en la cabeza, le dijo al mandatario que perdió uno de sus ojos “está muerto... ya no veo con éste” y el titular del Ejecutivo se comprometió a ayudarla, “¿Tienes gente que vea esto?, le dijo al gobernador Francisco Garrido, quien aseguró que atenderán a la octogenaria.
Al anunciar programas sociales como la ayuda a ancianos, los pisos de cemento y la construcción de drenaje y servicio de agua potable, Calderón instruyó a Luis H. Álvarez, director general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, a meterse de lleno en el apoyo a este sector.
“Por eso le pido aquí a don Luis Álvarez a que se meta con todo en todas las comunidades y pueblos indígenas de Querétaro, en los estados vecinos, y que mano con mano con el Gobierno de Paco Garrido, con los municipios, se aboque fuertemente primero a lo básico, pero que se concentren en dotar agua, drenaje, servicios, de piso firme a las casas que todavía por desgracia están con piso de tierra y sin servicios”.
En esta gira recordó el natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla, este ocho de mayo, y reiteró su compromiso “con el desarrollo integral de las familias y las comunidades indígenas. Refrendo el apoyo del Gobierno Federal a los pueblos indígenas con pleno respeto a sus costumbres, a sus tradiciones y a sus formas de organización”.
Después de colocarle un collar de flores de la comunidad otomí, Calderón recibió otra petición, el techo de lámina para una escuela. La carta se la entregó un niño de 11 años, Enrique, quien cursa el sexto año de primaria en San Antonio de la Cal y el mandatario también le aseguró que los ayudarán.
En este pueblo donde las calles se cubrieron con gravilla para el paso del presidente y sus paredes fueron pintadas con cal, el titular del Ejecutivo atestiguó la rehabilitación una de las 238 capillas familiares que pueden ser una atracción turística junto a la Peña de Bernal.
Calderón dijo que este año se invertirán 70 millones de pesos en 20 obras de infraestructura para 17 mil indígenas otomíes.
‘La fuerza del Estado está al servicio de la Ley’
El presidente Felipe Calderón Hinojosa, aseguró que en el país el Gobierno trabaja de manera responsable para dar garantías de seguridad jurídica y de sus bienes a inversionistas nacionales y extranjeros.
“Queremos que se sepa en México y en el mundo que toda la fuerza del Estado se pone al servicio de la Ley para que México sea un país de Leyes”, indicó.
Después de un breve recorrido por la fábrica de tableros de media tensión y centro de competencia de interruptores México-USA, de la empresa SIEMENS, en Querétaro, Calderón sostuvo que México sigue recibiendo inversiones y promovió a la nación como un destino seguro para quien desee traer sus capitales.
Según informó, durante 2006 México atrajo el mayor flujo de inversión extranjera directa, “una cifra cercana a los 20 mil millones de dólares. Desplazamos a Chile y a Brasil y significa que se recibieron más de 26 dólares de cada 100 de los que ingresaron a América Latina. El reto es mantener y convertir a México en uno de los mejores destinos de inversión en el mundo, sólo así se puede lograr mejor calidad de vida”.
