El presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, afirmó ayer que el estado de emergencia será cancelado en los próximos días, al tiempo que el Gobierno y la Oposición se reunieron por primera vez desde las violentas protestas antiGobierno.
La decisión de levantar la medida no obedecerá a demandas de ninguna fuerza dentro o fuera del país, “tomaré la decisión tan pronto como vea que los elementos de tensión se apagaron”, aclaró Saakashvili en una reunión con empresarios en Tbilisi, capital georgiana.
La medida fue impuesta el pasado miércoles y ratificada por el Parlamento un día después, tras una semana de masivas protestas de la Oposición para exigir la dimisión de Saakashvili, mismas que fueron reprimidas por la Policía con gases lacrimógenos.
Líderes opositores y el portavoz del Parlamento, Nino Burjanadze, como representante del Gobierno, se reunieron ayer en la residencia del Patriarca Ilia II, jefe de la iglesia Ortodoxa, para buscar una solución, sin que por ahora se conozcan los resultados.
Se trata de la primera reunión entre ambas partes, desde que estallaron las protestas en demanda de la celebración de elecciones parlamentarias para el segundo trimestre de 2008, la formación de la Comisión Electoral Central y la libertad de presos políticos.
Empero, luego que el presidente georgiano rechazó sus demandas, su dimisión se convirtió en la principal exigencia de la Oposición, de acuerdo con despachos de la agencia rusa Itar-Tass. El oligarca Badri Patarkatsishvili, acusado por las autoridades de intentar un golpe de Estado durante las manifestaciones, anunció ayer en un comunicado su candidatura a las presidenciales anticipadas de enero próximo.
Patarkatsishvili financia a la Oposición georgiana y controla, junto al magnate Rupert Murdock, la cadena Imedi, el principal medio de Oposición en Georgia, que fue cerrado desde la noche del miércoles.
La Fiscalía General de Georgia lo acusó la víspera de haber realizado un complot para “derrocar” al Gobierno.