La jerarquía católica inició ayer una campaña para promover reformas constitucionales que garanticen la libertad religiosa en el país, que incluye la presentación de una iniciativa de Ley ciudadana para modificar los artículos tercero, 24 y 130 de la Carta Magna.
Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos de México y representante legal de la Arquidiócesis de México, informó que la iniciativa se presentará en breve tanto al Congreso de la Unión como a las legislaturas locales.
“Es muy importante que México reforme la Constitución, los artículos 24, 130 y tercero, para que haya una verdadera libertad de religión, porque México sigue siendo un país restrictivo en esta materia y por eso está puesto el dedo en ese tema por parte de la Iglesia”, explicó.
La Arquidiócesis de México, por su parte, dedicó la edición íntegra de su semanario Desde la Fe al tema, con una serie de artículos que cuestionan las insuficiencias de la Ley de Asociaciones Religiosas y se pronuncian por la reforma.
“Todavía son imperiosas nuevas reformas que perfeccionen la Ley, sobre todo en materia de ministros de culto, quienes no tienen reconocidos sus derechos políticos; de propiedad de medios masivos de comunicación por parte de las iglesias; de educación religiosa en escuelas públicas; reconocer la objeción de conciencia y muchas más”, destacó en su texto principal.
En entrevista al término de la misa dominical en la Catedral Metropolitana, Martínez Gómez afirmó que los ministros de culto también son ciudadanos mexicanos, y por tanto tienen derechos que deben ser reconocidos y respetados.
Sostuvo que México es el país de América Latina con mayores restricciones a la libertad de religión y citó entre las más importantes la prohibición a los ministros de culto de expresar opiniones políticas.
“Lo vimos con el tema del aborto, cuando los ministros de culto tuvieron la restricción a su libertad de expresión. Tal es el caso, que todavía tenemos denuncias penales pendientes”, dijo en alusión a la averiguación iniciada contra el vocero de la arquidiócesis, Hugo Valdemar.
Dijo que esta es una de las limitaciones más frecuentes a las que se enfrentan los ministros de culto y que cambiarían con la reforma, que también persigue una verdadera libertad de asociación y que los templos puedan destinarse no sólo a actividades de culto. Un segundo tema que debe modificarse, agregó, es el de la libertad de educación, es decir, que los padres puedan decidir si quieren educación religiosa para sus hijos, y que el Estado la pueda proveer.