Los dueños de los bares ubicados en la zona de tolerancia La Garzita, afirman que el coordinador de los Servicios de Salud de Matamoros, Horacio Padilla Valles tiene 5 meses sin acudir al lugar y que la prostitución continúa.
MATAMOROS, COAH.- Los miembros de la Unión de Comerciantes de Vinos y Licores y Similares, propietarios de los bares ubicados en la zona de tolerancia La Garzita, aseguran que la prostitución no está controlada en la ciudad como lo afirma el coordinador de los Servicios de Salud Municipal, Horacio Padilla Valles, quien “desde hace cinco meses que no se para en dicho sector”.
Aseguran que recientemente, Padilla Valles afirmó que hay 116 mujeres en control en el padrón que maneja la dependencia, “ni siquiera llegan a cuarenta las señoras que van a La Garzita, con lo que entonces deja claro que el resto está ejerciendo en los antros ubicados dentro de la ciudad”.
El presidente de dicha asociación es Simón López Hernández, exigió una auditoría médica, pues asegura que el control a las mujeres, “no se está llevando como se acordó hace un año en presencia del alcalde Raúl Onofre Contreras, está simulado”.
Quien funge como propietario de la Unión de Comerciantes de Vinos y Licores y Similares, Francisco Hernández Ramírez y el resto de los integrantes, como Camilo Ruelas Espino, Alfonso Aguilar García, Carlos González Castañeda y Juan Mauricio Mata, expusieron que “Padilla Valles ha incumplido con lo dispuesto por Onofre Contreras de acabar con la prostitución en el centro de la ciudad.
“Él dijo que todas las mujeres iban a estar concentradas en La Garzita, pero resulta que de esas 116, ni un total de 40 acuden los fines de semana a nuestros negocios porque el resto está concentrado en La Canasta, El Forastero, La Rueda, por nombrar algunos”.
Calificaron como grave el hecho de que Horacio Padilla Valles no acuda a la zona de tolerancia, donde el supuesto consultorio para las revisiones médicas de las señoras está acéfalo. “Se dispuso la caseta para tal fin, pero es fecha en que no se utiliza, de vez en cuando el doctor manda a un químico pero no es fiel su visita”.
Respecto a la crítica que han recibido los dueños de los bares de La Garzita por no tener limpia las instalaciones de las tabernas y que encarecían los productos, dijeron que no es verdad y que aunque batallaban por obtener agua, “está todo aseado”.
Dijeron que él culpa al municipio de la cuestión del agua, ya que cuando los reubicaron, les aseguraron que los iban a ayudar en ese aspecto, peor no fue así y ellos tuvieron que poner una cisterna y un hidroneumático para ofrecer calidad a los clientes.
