Interfieren funcionarios contra la aplicación de la Ley en el municipio de Peñón Blanco.
El Siglo de Durango
PEÑÓN BLANCO, DGO.- Son diversas las muestras de molestia por los hechos ocurridos el pasado viernes por la madrugada, cuando un grupo de beodos atacaron la Comandancia de Policía; acto por el que fueron arrestados, pero también dejados el libertad en poco tiempo por la intervención de la autoridad municipal.
Como ayer lo dio a conocer El Siglo de Durango, el ataque a la Policía se produjo luego de que los elementos acudieron a solicitar el cierre de una cantina pasadas las 2:00 horas, acto que enfadó a los ebrios congregados en el lugar junto con la detención de dos de ellos.
Lo que indigna a la ciudadanía es que a nombre de Alejandro Amaya, presidente municipal, se dio la orden a los elementos policiales para la liberación de quienes momentos antes causaron daños a la comandancia, en una reacción violenta que pudo haber dejado lesionados.
Fueron el secretario particular del Alcalde, Martín Mendoza y José Guadalupe Fuentes, secretario del Ayuntamiento, quienes intercedieron por la libertad de los beodos remitidos, con una orden que presumiblemente venía de Alejandro Amaya.
En Peñón Blanco los establecimientos para el consumo de bebidas alcohólicas deben cerrar a las 23:00 horas, sin embargo, con el consentimiento de las autoridades continúan embriagando gente hasta altas horas de la madrugada.
Por hechos como el ocurrido en la Comandancia, es cada vez menos el respeto hacia la Policía, pues sabe que no tienen la autoridad de aplicar la justicia ellos, sino los funcionarios públicos que además de atender los asuntos relacionados con el desarrollo del municipio, se dan tiempo para sacar detenidos de la cárcel.
Incluso funcionarios del Ayuntamiento, platican que Martín Mendoza, quien el trienio pasado se desempeñaba como regidor, bajo los efectos del alcohol llegó a tener actitudes intransigentes y agresivas para con los guardianes del orden.
Con tal antecedente, ayer exigió la liberación de varios sujetos, con una actitud prepotente, como de una persona que tiene el poder y lo utiliza de manera déspota.
Los ciudadanos quejosos señalaron que si esta es la manera de actuar de las autoridades, es innecesario contar con Dirección de Seguridad Pública, pues no se les permite hacer el trabajo que les corresponde, sino que los gobernantes actúan conforme a su consideración.
