Alrededor de 10 mil personas, en su mayoría vendedores de tabaco, marcharon el miércoles por las calles de París para protestar la medida que prohibe fumar en las cafeterías, restaurantes y discotecas a partir del 1 de enero de 2008.
Los vendedores temen que ello represente un golpe mortal a sus negocios. Estos quieren que se modifique la ley para que en los establecimientos cerrados haya zonas ventiladas donde sí se pueda fumar.
Los manifestantes marcharon desde la estación de Montparnasse hasta la Asamblea Nacional, con el fin de presionar a los legisladores para que aprueben una ley más flexible.
La protesta fue una de varias que ha vivido Francia este mes, incluyendo una masiva huelga de transporte por la reforma pensional que propone el presidente Nicolas Sarkozy. La ley contra el cigarrillo fue adoptada antes de que Sarkozy ganara la presidencia en el segundo trimestre de este año.
Los vendedores dicen que los cambios que proponen respetarían el espíritu de la medida.
René Le Pape, presidente de la Confederación de Vendedores de Tabaco, salió de un encuentro con la ministra de Salud, Roselyne Bachelot, decepcionado y furioso.
Los estancos sienten que perderán a sus clientes, al no poderles ofrecerles cigarrillos con sus cafés y temen que perderán dinero de la venta de otros productos en estos establecimientos, donde venden café y cigarrillos principalmente.
Desde hace años las autoridades francesas tratan de imponer la prohibición de fumar en los establecimientos cerrados. El 1 de febrero de este año lograron poner en vigencia una ley que prohibía fumar en lugares de trabajo, escuelas, aeropuertos y hospitales, entre otros.
