Señalan como ‘vergonzoso’ el planeado aumento a la ayuda económica mensual que reciben en Israel.
“Afuera desmienten el Holocausto, aquí reniegan de los sobrevivientes”. Este duro texto aparecía la tarde de ayer en uno de los carteles que sobresaltaban en la multitudinaria protesta de sobrevivientes del Holocausto realizada en Jerusalén.
Los miles de israelíes que participaron criticaron al primer ministro Ehud Olmert y afirmaron que el planeado aumento a la ayuda económica mensual que reciben, es una “vergüenza”.
“Los sobrevivientes todavía están aquí” y “Perdón por haberme salvado”, se leía en otros carteles que portaban los manifestantes, en “la marcha de los vivos”, como se llama desde hace años a la protesta en la que participan miles de jóvenes israelíes y judíos del exterior, en Polonia, en dirección a los crematorios de Auschwitz-Birkenau, recordando a sus hermanos asesinados por los nazis.
Pero el simbolismo de la protesta de ayer, no se limitó al nombre de la marcha, que inició desde el Jardín de las Rosas frente a la Kneset (Parlamento) hacia la zona de la oficina del primer ministro Olmert. Lo más fuerte era el planeado uso de símbolos como la vestimenta a rayas de los presos en los campos de concentración y de la estrella amarilla que los nazis imponían a los judíos.
Si bien llegaron a la marcha varios ciudadanos vestidos de esa forma, ello no fue en absoluto masivo, probablemente por la polémica que despertó el tema de antemano.
El primero en criticarlo fue el propio Olmert, quien dijo que “una foto de una mujer con uniforme de prisionera y con una estrella amarilla, para la marcha, es algo que baja el nivel del debate a un punto inaceptable”.
El hermano del jefe de Gobierno, Amram Olmert, dijo a la radio, que marchar con el uniforme de los campos de concentración “sería una burla del Holocausto”.
Por su parte, organizaciones que representan a los sobrevivientes, sostienen que la marcha fue un “ultimo recurso” para presionar al Gobierno a mejorar la situación de numerosos sobrevivientes que viven en una situación precaria.
Pero Olmert acusó a los organizadores del evento de actuar con “fines políticos” ahora que se anuncia una serie de cortes presupuestarios, tras señalar que se tergiversó la situación respecto a la ayuda mensual de sólo 89 shékel (menos de 20 dólares) a cada uno.
Olmert alegó que el Gobierno ya ha invertido “cientos de millones de shékel” en la ayuda a los sobrevivientes y que el año que viene se agregarán algunos cientos de shékel a cada ayuda mensual.
Pero Efram Sne, del Partido Laborista, sostuvo que la necesidad de una solución es urgente, ya que más sobrevivientes van desapareciendo debido a su edad.
De acuerdo con los parámetros aprobados el pasado 30 de junio por el Gobierno israelí, cada uno de los 120 mil sobrevivientes reconocidos como tal por las autoridades israelíes recibirá un aumento de 83 shékels mensuales en la asistencia económica.
La mayoría de los sobrevivientes recibe entre 240 y mil 390 dólares mensuales de parte del Gobierno israelí, así como dinro de otras fuentes como el Gobierno alemán y otras organizaciones.
“Es cínico que la suma anual aumente en 2009 y que hasta comienzos de 2011 alcance los 300 millones de shékel, porque el número de los necesitados, que van muriendo, se reduce diariamente”, dijo Sne.
“Eso es lo que esperan los funcionarios del Ministerio de Finanzas”, acusó. Aunque el motivo de la protesta era la suma de ayuda mensual, el mensaje central iba más allá. La subvención económica, a ojos de los participantes, debe ser un ejemplo del trato de respeto a los sobrevivientes, por la tragedia que vivieron.
Michael Grimberg, sobreviviente del ghetto Trasnoie en Ucrania, Yefim Grimberg, sobreviviente del ghetto Domaniov en la misma zona y Frida Jochat, del Ghetto Vilna, llevaban sobre sus ropas no sólo la estrella amarilla sino también una tela con el mensaje: “La dignidad de los sobrevivientes es la nuestra. Su bienestar, es nuestra obligación”.