“Una pareja en Ciudad de México estrena con su boda la ley de uniones gay”... Así rezaba el encabezado de una noticia aparecida en un medio de comunicación, describiendo que en el Distrito Federal se estrenó la Ley de Sociedades de Convivencia con la firma al respecto de dos personas del mismo sexo; ley de la cual sabemos que no es privativa de un compromiso entre personas del mismo sexo, sino que también es aplicable cuando son de sexo diferente, o entre tío(a)s y sobrino(a)s, padrinos y ahijados, madrinas y ahijadas, o las personas que quieran dejar su herencia a un tercero para que éste pueda cobrarla sin problema legal alguno, siempre y cuando hayan vivido bajo un mismo techo. Después de leer la información, me dispuse a analizar dicho encabezado.
En primer lugar no es una boda, según lo establecido en la sociedad civil porque boda significa: “casamiento y fiesta con que se le solemniza”, y porque, a su vez, casamiento significa: “contrato hecho con las solemnidades legales entre hombre y mujer, para vivir maridablemente”. Además, curiosamente, también significa: “pasar trabajos” y francamente no creo que es aplicable de igual manera que cuando se forma un hogar, se paren hijos, se les paga estudios, se les vela sus enfermedades, se consigue para el “chivo”, se sufren las etapas del crecimiento de los retoños: niñez, adolescencia, adultez, etc…
Por otro lado, las autoridades, las organizaciones de derechos humanos, algunas personalidades relacionadas con actividades artísticas, etc., festejaron esta unión con “bombo y platillos”*, y yo me pregunto: ¿por qué no han hecho tanta alharaca en todas las uniones legales matrimoniales?... yo no recuerdo que cuando yo me casé o se casaron mis familiares y amistades el gobierno les haya regalado o festejado nada… ¿que alguien me explique por qué tanto alborozo ahora?... Ya sé que es bueno que haya legalidad, pero las personas que se han apegado ahora a la Ley de Sociedades de Convivencia son las primeras beneficiadas en hacerlo y, creo, que eso es más que suficiente; lo mismo para los que se casen civilmente porque así queda protegida la familia; pero, de ahí en más no tiene mayor trascendencia. Probablemente este alborozo se deba a que cada unión de convivencia se cobra una cantidad por el trámite, lo cual dado el número de homosexuales que según dicen hay en el país, se traduce en que las arcas del gobierno se van a ver aumentadas en forma importante.
Además, según tengo entendido, la Ley de Convivencia autoriza que en 20 días se puede dar por terminado el compromiso de unión, tan sólo con que se solicite por una o ambas partes; en cambio, con los matrimonios legales la disolución puede llevar a largooos,… largooos,… larguíiimos, trámites. O sea que esta nueva ley es muy conveniente para todos los involucrados por donde quiera que se le mire.
Aparte de todo esto, yo quiero pensar que cuando ocurra una unión de convivencia entre tíos y sobrinos, por ejemplo, también se va a publicar en el periódico en la primera plana, o si van a ser entrevistados en horarios especiales, o si se les van a tirar serpentinas y pétalos de rosas a su paso...
*Bombo: “tambor muy grande con una maza, que se emplea en las orquestas y en las bandas militares”.