Es muy obvio que los abortos clandestinos significan un problema de salud para las mujeres, porque son a ellas a quienes se les practica, pero… ¿No les llama la atención que los más ansiosos para que se despenalice el aborto son los hombres?... ¡Cómo si ellos tuvieran mucha “conciencia” para opinar!... Los diputados y senadores a favor, además del aspecto político, están protegiendo a sus congéneres, porque está comprobado estadísticamente que la mayoría de los embarazos que terminan en abortos proceden de hombres comprometidos que no pueden cumplir con su papel de padre biológico y, mientras la mujer se decide a practicárselo o no, ellos “sufren” de pensar que se les caiga el teatrito de hombres rectos y cumplidores, además de lo que les cuesta el que esta intervención quirúrgica sea “a escondidas”. Sin embargo, si se despenaliza y se puede efectuar en instalaciones médicas, (inclusive quieren que los centros institucionales los realicen sin cobro, dentro de algún tipo de seguro médico), al hombre se le va a quitar un gran “peso” ($) de encima, pero, no “por conciencia”, ni tan siquiera por responsabilidad, repito, sino por comodidad.
Otras personas muy involucradas son de la Comisión de la Equidad de Género de la Cámara de Diputados, algunas de las cuales, con una orientación sexual diferente, tampoco debieran tener voz porque se supone que ya escogieron su preferencia sexual en donde, por razones naturales, no se procrea. ¿Cómo lo van a hacer si les falta el elemento principal: el macho masculino?; claro que lo pueden hacer por técnicas “manuales”, es decir “in vitro” con espermatozoides alquilados, pero ese procedimiento lo utilizarán una vez en la vida (y eso por sentirse que son madres), así es que para nada les atañe. En realidad todo esto lo hacen por imagen política, para que se diga que se interesan mucho por el pueblo, o por presumir que son “de avanzada”.
Y ya entrando en aspectos éticos… aquí no hay vuelta de hoja… la vida es el más alto en la escala de valores, y eso no se puede rebatir en ningún ámbito. Claro que están las vidas de las mujeres, pero ellas ya vivieron su oportunidad y se equivocaron, en cambio los no nacidos… ¿qué culpas tienen qué pagar?... Por otro lado, a los que tienen muy bien puesta la camiseta de médicos se les ha enseñado en las aulas universitarias que ellos deben salvaguardar vidas, no destruirlas, por lo que se deberá hacer un replanteamiento en los planes de estudio, además de una nueva reestructuración mental y emocional, para que coexistan en su formación estos dos aspectos: dar vida y dar muerte.
Además, antes de aprobar una ley así, los mexicanos(as) deberán tener una educación sexual adecuada, como en otros países, para que no se tenga la idea de que como hay facilidades para abortar, hay permiso indiscriminado para tener sexo irresponsable. La realidad es que la despenalización del aborto debe ser profundamente analizada a fondo, muy concienzudamente, para que sea válida en casos muy específicos y de ninguna manera “cuando la mujer considere que afecta su proyecto de vida”…, o “si obedece a causas económicas justificadas”… como lo planteó la diputada Contreras, porque todos los embarazos no planeados afectan algún proyecto de vida y siempre habrá el pretexto económico puesto que el padre biológico no quiere responsabilizarse del producto engendrado.