Las ideologías preconcebidas nunca son buenas. Las personas deben vivir sus experiencias personales para, de acuerdo a ellas, formarse sus propios criterios. Recibí un correo que a continuación transcribo:
“Durante mucho tiempo había crecido con las ideas comunistas que mi padre me inculcó de niño, que el comunismo era la salida a todos los problemas económicos que presenta Latinoamérica, bueno, así que crecí con esa mentalidad de odio y repudio hacia el vecino país del norte; al paso de los años, y al darme cuenta de todo lo que significaba comunismo, pues mis ideas cambiaron, en esencia sigo pensando que todas las dictaduras son malas. Esto lo saco a relucir porque Estados Unidos, el país que odié de niño me brindó la oportunidad de vivir y trabajar en el estado norteño de Wisconsin; pues bien, viviendo ya en Wisconsin y visitando ciudades como Boston, Washington, D.C., Nashville, Chicago, Milwaukee y por supuesto Madison pude darme cuenta que tenía ideas muy equivocadas; el trabajar y vivir ahí me di cuenta que la población es diferente, es una mezcla de razas, desde caucásicos, orientales, africanos y por supuesto hispanos, se vive bien si trabajas (como en todos los países, sean del primer mundo o no), donde no hay distinción de raza, etnia o idioma, todos son vistos iguales. La religión no es importante, porque tuve amigos budistas, brahamanistas, mormones, cristianos, bautistas, católicos y musulmanes, jamás me criticaron mi religión, mi ideología, mi formación católica, y por supuesto mi idioma de origen. No se puede negar que hay racismo, pero el racismo se da en todos los países, en todos los estratos sociales, basta mencionar que el Norte de México hay racismo con los grupos étnicos del sur. En fin, pude darme cuenta que es un país con su propia identidad, aunque me contradiga por la infinidad de razas que lo habitan, me brindó trabajo, escuela, educación y sobre todo, me brindaron sus manos personas que no conocía, porque al fin y al cabo el ser humano es humilde por naturaleza. Por eso dedico estas líneas a Estados Unidos de América, país de contraste, odiado por muchos y amado por otros. Estados Unidos va más allá de todo lo que he escrito, es mucho más, más que Hollywood, más que el jazz, más que Disneylandia, más que McDonald’s, más que Elvis, es mucho, mucho más que eso...”. Reginaldo Lazarín.
No hago más comentarios porque lo anterior habla por sí mismo.
Por otro lado, acerca de mi artículo “El Chavismo”, recibí otro correo preguntándome a qué me refiero sobre un gobierno “paternalista” y aquí lo explico: Los seres humanos pasamos por diferentes etapas de desarrollo a través de nuestra vida. De pequeñitos ocurre la Simbiosis, la cual es necesaria para sobrevivir, porque los bebés no pueden hacer nada por ellos mismos y requieren la dependencia con los padres; después viene la individuación, en donde los niños empiezan a ser independientes y toman sus propias decisiones, al principio simples y después más complicadas, lo que les permite madurar psicológicamente para obtener sus propios logros y hacer su propia vida con un mínimo de conflicto neurótico. Por eso, los gobiernos paternalistas no son adecuados porque estancan el crecimiento de los pueblos.
Aclaración.- A propósito de “El Chavismo”, al término del mismo decía: “Por lo pronto los venezolanos (con el NO al referéndum) se han salvado de un mal gobierno hasta el año 2050 –para usar el mismo vocabulario que utiliza Chávez”; debiendo decir: por lo pronto los venezolanos se han salvado hasta el año 2050 de un gobierno de “mie...” –para usar el mismo vocabulario que utiliza Chávez-. Gracias.