MANEJAR EN ESTADO DE EBRIEDAD
Las personas, en general, pasamos mucho tiempo de nuestra vida arriba de un coche, ya sea como conductores o como pasajeros, de ahí que no es infrecuente que en algún momento suframos algún percance automovilístico. Casi la mayoría hemos ocasionado choques imprudenciales, por no estar atentos, no ver el otro vehículo por el color –sobre todo el gris- que se confunde con el asfalto, ver obstruida nuestra visión por árboles en los camellones, etc.; pero, lo que sí es imperdonable es conducir en estado de ebriedad, porque eso, además de imprudencial, es criminal.
Una estimable familia lagunera está pasando por momentos muy amargos debido a que una jovencita, excelente estudiante y quien además de sus estudios trabaja, se encuentra muy grave al haber sido embestido el coche en que viajaba por un automovilista que no respetó el semáforo en rojo que le marcaba el alto obligatorio, al parecer por encontrarse en estado de ebriedad.
No sé qué acciones se tendrán que realizar para que los adultos hagamos conciencia de que el alcohol y el automóvil no se pueden, ni se deben, mezclar. Ambos elementos no hacen química y pueden ocasionar tragedias personales y familiares, a veces irreversibles. Tal vez la única manera es que las autoridades tomen cartas sobre este terrible asunto del alcohol y se apliquen sanciones significativas que pongan un alto a este cáncer social.
