HABLAR “DE CORRIDO”.
Es una expresión que me llamó la atención cuando la escuché en una conversación entre dos personas de la tercera edad, cuando una de ellas comentaba que: “antes yo hablaba de corrido”, y cuando su interlocutora le preguntó a qué se refería, le explicó que ahora hablaba a pausas y cada rato tenía que interrumpirse porque no recordaba las palabras que quería expresar.
Esta expresión que parece chusca, porque recuerda cuando los hijos están chiquitos y las mamás presumen que ellos “ya hablan de corrido”, realmente es dramática. La realidad es que las personas mayores empiezan a perder, de alguna manera, la memoria. Se recuerdan las caras pero no se asocian con los nombres, olvidan dónde dejaron los objetos –una señora platicaba que en una ocasión metió un vaso de leche en un closet en lugar del refrigerador-, en fin, ocurren muchas situaciones que antes nunca habían sucedido; sin embargo, esto se vuelve más preocupante cuando se tiene la idea de que puede llegar el Alzheimer a su vida.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales a medida que las neuronas mueren y diferentes áreas del cerebro se atrofian.
Hay investigaciones recientes que indican que el estudiar, hacer sudokus y crucigramas complicados, leer, aprender idiomas, o sea, mantener ágil la mente, son favorecedores para mantener el cerebro a salvo del Alzheimer. Algunos de ellas manifestaron que por cada año de estudios cursados los síntomas se retrasan dos meses y medio, pero, sin embargo, cuando ya aparecen el deterioro cognitivo llega a un punto en el que la situación es igual que el de las personas menos cultivadas.
Por otro lado, otros trabajos dicen que un nivel alto de escolaridad es un factor protector porque está demostrado que existen estímulos ambientales complejos que aumentan el crecimiento de las neuronas y el peso del cerebro. Además, los conocimientos también proporcionan recursos y estrategias para resolver problemas y reducen el riesgo de demencia. En cuanto a medicamentos que pudieran ayudar, se habla del ácido fólico como suplemento muy valioso para evitarlo.
Sin embargo, si se desea obtener una información calificada sobre este padecimiento, que es frecuente por el mayor promedio de vida que se tiene en la actualidad, en Torreón existe una institución que apoya a quienes lo padecen, y además imparte conferencias al respecto. Puede informarse al teléfono: 713-27-18, Centro Alzheimer.
