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PSIQUIATRÍA / ANHELO DE PERTENENCIA

Dr. Fernando Villa Hernández (psiquiatra)

Las necesidades humanas son grandes potenciales de desarrollo que con frecuencia se desprecian o mal usan, una de ellas es la necesidad de sentirse parte de un grupo familiar, comunal, nacional y en el mejor de los casos de la humanidad.

La persona al nacer se siente integrado a la madre en especial al momento de alimentarse al pecho, al crecer se sabe parte de una familia de la que depende y debiera sentirse protegido y orgulloso, con la adolescencia expande su pertenencia a grupos escolares, deportivos y a otros jóvenes con los que comparte gustos e interesas, la pertenencia a una región y país se hace más fuerte, la adultez cuando se acompaña de desarrollo intelectual y emotividad sana llega a extender la pertenencia no sólo al resto de los humanos sino a la naturaleza entera y a las estrellas.

La sociedad actual ha evolucionado favorablemente pues existe una enorme distancia entre el medioevo y lo que el renacimiento hasta la fecha nos da dado, el conocimiento, la inteligencia y la creatividad son enormes y están aumentando, los instintos de la especie no desaparecen aunque se vivan nuevas circunstancias, sin embargo la sensación de pertenencia a familias, la tendencia a depender de otros o proteger a los demás está bajando debido a que el éxito global se basa en una fiera competencia y en el egoísmo exacerbado, además de que la distancia de la muy limitada elite y el resto es grande, las masas continúan viviendo en forma primitiva y con gran disponibilidad a ser sugestionados por creencias e ideas del entorno.

La necesidad de pertenencia ha sido usada convenientemente por organizaciones y empresas que la han visto como una gran “veta”, no sólo hace más eficiente a la persona sino que favorece su sano desarrollo, para lograrlo cuidan de que el ambiente sea agradable, escogen como líderes a los más inteligentes, informados, capacitados y bien intencionados logrando mayor cohesión en forma agradable y creativa, la tendencia a planear y realizar estos grupos está aumentando pero siguen siendo excepciones, en especial en las organizaciones gubernamentales y los sindicatos autoritarios son ideas difíciles de llevar a cabo.

El impulso gregario es un potencial que se activa cuando un líder con carisma o un grupo lo estimula convenientemente, puede aparecer en forma intensa constructiva o destructivamente, los mejores y peores grupos pueden adquirir fuerza y poder, cuando el sentimiento de pertenencia es intenso se acompaña de fidelidad, orgullo, disposición a disminuir intereses personales en aras del grupo pudiendo llegar al exagerarlo al sacrificio personal, ejemplos son los grupos religiosos y políticos donde se observa con más intensidad a medida que se hacen más extremos, otro ejemplo es la tendencia y cultura de los llamados “Mara Salva Trucha” donde vemos la disminución de la individualidad a favor del grupo, los tatuajes, el lenguaje y la tendencia primitivamente destructiva los une e identifica, este último es claro ejemplo del fracaso social para dar a sus miembros la satisfacción a una necesidad humana que debiera ser básicamente constructiva.

Cuando en la familia no existe un liderazgo racional, el ambiente es de agresividad, manipulación, ansiedad y tristeza o existen miembros que debiendo despertar orgullo despiertan vergüenza los jóvenes no se integran buscando pertenencia en grupos externos que pudieran ser destructivos.

En el medio laboral, en países subdesarrollados como el nuestro que depende de las políticas de productividad de transnacionales poco importa el bienestar de los trabajadores o su sensación de pertenencia ya que debido al desempleo, a que no existe protección del estado o de sindicatos pueden cambiar fácilmente de personal con la filosofía de “que nadie es indispensable”, los países que no acepten no recibirán inversiones ya que existen otros que por necesidad lo hacen, algunas transnacionales sin embargo y debido a políticas de excelencia fomentan el bienestar en sus trabajadores logrando que se identifiquen y se sientan parte en forma más eficiente que en la mayoría de los negocios nacionales.

Como miembro de un país, cultura y raza las personas pueden sentirse integradas o vivir una dolorosa carencia de orgullo de pertenencia, la soledad íntima lo puede empujar a la paranoia (desconfianza) social base de grandes limitaciones y riesgos, la “corrupción” , limitada capacidad para trabajar en equipo, sentimiento de inferioridad e inseguridad son motivo de sufrimiento y limitaciones, les queda como opción abandonarse a todo tipo de fantasías que le den la sensación de pertenecer a algo.

Nuestra herencia hispánica está llena de muchas fantasías inadecuadas, se tiene emociones contradictorias pues existe admiración, miedo y rechazo a esta parte de nuestro origen, sucede que las personas de poca capacidad económica y limitado nivel cultural les dan con mas frecuencia nombres extranjeros a sus hijos como Jonathan, Berenice, Janeth, Jennifer, etc. buscando identificación y dignidad en otras culturas ya que no se sienten orgullosas y satisfechas con la propia.

El origen indígena también es contradictorio pues despierta conmiseración y aparente (sólo aparente) solidaridad, con la sensación de que son los perdedores, por lo que no producen el orgullo de pertenencia.

La realidad es que la especie humana es única, las diferencias son más superficiales que esenciales en lo que se refiere a las capacidades y limitaciones, pero la sugestión producto de la historia y los momentos de dominio cultural de algunas razas produce estos malignos espejismos que limita el orgullo de pertenecer a la especie humana independientemente del idioma, color de la piel, estatura y complexión.

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