El tratar con adolescentes es una preocupación generalizada de padres y maestros, hacerlo con éxito puede ser el resultado de tener la información correcta de lo que es la adolescencia y conocer al joven del que se trate ya que la naturaleza y el entorno da rasgos diferentes en cada quien, el amor y la paciencia son indispensables.
El adolescente de 12 años puede haber acumulado ira, desconfianza, miedo, vergüenza, depresión, tendencia a obedecer o rebeldía lo que produce un tipo vivencia interna y convivencia con los demás, por otro lado existe la posibilidad de que sea espontáneo tranquilo, alegre, seguro, con sensación de dignidad y orgullo, con una vida social, franca y satisfactoria, el adolescente puede entonces estar en ventaja o desventaja frente a la vida a los escasos 12 años de edad.
Es importante señalar que los adolescentes hombres o mujeres tienen su propia personalidad natural que los hace diferentes unos de otros, el distinto género los hace más diferentes, la clasificación indica de por sí el rasgo fundamental, las personalidades son: ansiosa, depresiva, obsesiva, histérica (dependiente, manipulador y con tendencia a fingir), paranoide (predomina la desconfianza y existe tendencia a las ideologías), esquizoide (tenencia al aislamiento), sociópata (con dificultades para seguir normas), psicópata (emotivamente fríos y destructivos) y limítrofe (dependientes, agresivos y desadaptados), cuando hablamos de rasgos nos referimos a tendencias personales sanas cuando se exageran estamos frente a un trastorno de personalidad (antes llamada neurosis) o a la psicosis como en la paranoia.
La inteligencia se puede definir como la capacidad de ver y comprender la realidad de forma amplia, profunda, con la menor distorsión posible, también es una capacidad natural que se da en cada quien con diferente medida, sin la información correcta y el estímulo intelectual humano dicha capacidad aunque exista no se desarrolla adecuadamente.
El adolescente por lo tanto es una persona que puede tener una enorme gama de características naturales e inducidas además de las que aparecen como producto del desarrollo cerebral y la acción hormonal que se producen a esta edad.
El aumento de la inteligencia, el cúmulo de información y la fuerza socializadora los empuja a tener emociones intensas de solidaridad o rechazo a personas, organizaciones e ideologías, buscan formar parte de grupos deportivos, de barrio o se integran a ideologías religiosas o políticas frecuentemente con gran intensidad, por otro lado necesitan sentirse independientes provocándose fricciones con los mayores de los que dependen, es una experiencia más perturbadora para el adolescente que para los adultos.
La belleza física es un factor que influye en la sensación de auto valía especialmente en las mujeres, los modelos aceptados son un riesgo para las que no se acercan a ellos, en general los rasgos caucásicos (raza blanca) son los apreciados, el sentirse inteligente es otro factor que da seguridad, es una sensación que puede ser estropeada por adultos torpes y mal intencionados.
Para ayudarlos debemos apoyarnos en la gran necesidad que tienen de sentirse aceptados y respetados a pesar de que no llenen las expectativas que se tengan de sus capacidades y acciones (dentro de los límites racionales y elásticos), la aplicación de la autoridad con técnicas inadecuadas y en especial el autoritarismo exacerban la rebeldía aumentando con ello el riesgo de fracaso escolar, drogadicción y conductas delictivas especialmente en los varones que por naturaleza son más independientes, agresivos y explosivos, el lograr que los adolescentes nos tengan respeto (que no miedo) y amor permite que les podamos dar instrucción y consejos ayudando a que desarrollen sus capacidades naturales.
Observar las conductas que muchos adultos tienen frente al niño y adolescente debe hacernos meditar de nuestros posibles errores, el niño llega a despertar amor debido a que no es independiente, al crecer muestra su propia personalidad, exige respeto y libertad lo que causa ira debido a que la relación se convierte en una lucha por el poder y el territorio, estos adultos no han logrado la madurez ni el entendimiento para amar al ser humano con sus cambiantes y valiosas características, muchos padres y maestros defienden la obediencia como valor supremo cuando en realidad están exigiendo sumisión que muchos jóvenes se negarán en forma definitiva a tener, esto los enfrenta en forma apareciendo impulsos francos o encubiertos de destructividad en el adulto y en forma más abierta en el joven.
Los adolescentes tienen una inteligencia poderosa y clara, cuentan además con la franqueza que da la inocencia (no en todos pues muchos se hacen manipuladores aprendiendo a aparentar lo que los adultos quieren ver) lo que garantiza para la gran mayoría el éxito en la educación e instrucción, siempre y cuando se usen las técnicas adecuadas para cada joven y exista en los adultos el amor maduro.
Cuando las normas son racionales, elásticas y prudentes generalmente los jóvenes las hacen suyas sirviendo luego para la vida adulta, el aprendizaje y la preparación profesional deben de estar apoyados en la sensación de auto valía y poder del joven, la adecuada orientación vocacional aumenta el buen rendimiento elevando el orgullo, dignidad y auto valía en un círculo benigno.
Tratar con jóvenes es muy estimulante y agradable, sin embargo puede convertirse en una experiencia desgastante y dolorosa, no todo depende del adulto pero sí mucho, su participación un factor para que el adolescente logre convertirse en un adulto inteligente, maduro, productivo, capaz de amar a la humanidad y a su familia, también puede empujarlo a la neurosis, se deje dominar por alcohol u otra droga, sentir miedo, tristeza e ira, siendo entonces incapaz de ser feliz o proteger a su familia.
El hombre actual debe ser un puente para que el hombre del futuro sea superior .
Al escribir lo anterior estoy pensando en mi hijo de 12 años.
