La elaboración de piñatas es una de las actividades que realizan las internas del Cereso II de Gómez Palacio. A través de la pintura, la fabricación de bolsas de telas y el bordado, mitigan su estancia en el penal.
Las internas del Cereso II de Gómez Palacio pasan horas en el taller elaborando objetos artesanales para venderlos. Con esta labor mitigan el peso del encierro y consiguen un poco de dinero para sus familias, con las que añoran volver algún día.
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Entre hilos, lentejuela, canutillo, papel periódico y de china, engrudo y otros materiales para elaborar piñatas, nahuillas para danzantes, bolsas de tela bordadas e incluso pinturas al óleo, las mujeres internas del Centro de Readaptación Social (Cereso) II, mitigan el encierro y buscan una fuente de ingresos para su familia.
Con cada capa de papel y engrudo se da forma a las piñatas que luego son vendidas. Esta labor representa para las internas una forma de ocultar sus temores, angustias y la desesperanza por la privación de su libertad, por el encierro, por la ausencia de sus familias; una situación que comparten en silencio al menos 40 mujeres que forman la población del Cereso II de Gómez Palacio.
Sobre una de las mesas de concreto del área de visitas para las internas se encuentra un Santa Claus de casi dos metros de altura, elaborado en fieltro y lentejuela, que suele colocarse en las puertas de las habitaciones durante esta temporada navideña. En ese objeto, Rosa Amelia Nájera González ha depositado horas y días de encierro.
Con 45 años de edad, de los cuales 63 meses los ha pasado como interna del Cereso II y aún le faltan casi cinco años más, pues purga una condena de 10 años y un mes por posesión y venta de droga, la cual manifiesta “me la sembraron”.
Aunque resignada manifiesta que “siempre está uno con la esperanza de salir de aquí”, pero mientras tanto se une con sus compañeras a la elaboración de diversos artículos, para pasar el tiempo, para buscar una forma de obtener ingresos y apoyar a su familia en el exterior, allá donde no pueden estar.
MATERIAL Y COMERCIALIZACIÓN
“Se me va el tiempo. Es lo que nos hace falta aquí, para no caer en depresión”, dice Dulce María Valdivia Sánchez, de 27 años, mientras muestra algunos de los cuadros que ha elaborado y detalla que purga una condena de 11 años con siete meses. Hasta el momento lleva dos años, por el delito de posesión y venta.
A través de la pintura con técnica al óleo, acuarela y gis, Valdivia Sánchez busca expresar sus sentimientos de angustia, de encierro y la necesidad de encontrarse con su familia nuevamente, porque es originaria de Cuernavaca, Morelos y desde su detención no los ha vuelto a ver.
“Sabemos hacer muchas cosas y trabajamos mucho pero no tenemos quién nos las compre, pues habemos muchos que no tenemos familia aquí. Ganas de trabajar y de readaptarnos a la sociedad no nos faltan, lo que nos falta es que nos compren nuestros productos porque de eso mucha gente vivimos aquí”, detalló Dulce María Valdivia.
Arturo Ayala Ruvalcaba, titular del departamento de Sicología del penal, detalló que actualmente la elaboración de adornos navideños, piñatas, bolsas de tela, el bordado, pinturas, retratos, entre otros, son actividades que se han integrado al proyecto GACIRS (Grupo de Apoyo y Capacitación Integral para la Readaptación Social).
Las acciones a realizar en apoyo a las internas es la difusión de los productos que realizan, así como la búsqueda de consumidores de los mismos, considerando que algunos de ellos son de temporada como las piñatas y los adornos navideños, pero la intención es que las internas puedan mantener una producción constante, detalló el funcionario.
PARA SEGUIR ADELANTE
“Todos eso le sirve a uno. Yo siempre he trabajado, desde niña. He aprendido en este lugar a abordar, a hacer piñatas, a hacer bolsas bordadas e incluso a hacer comidas”, comentó Martha Mendoza Amaya, quien ya ha cumplido cinco de los 10 años de su sentencia por delitos contra la salud.
Mientras muestra la nahuilla para danzante que le solicitaron elaborar para la celebración de la Virgen de Guadalupe, Mendoza Amaya detalla que todo lo realiza “con la ilusión de aprender más para ya no cometer errores, para salir y seguir adelante con nuestros hijos”.
Pues a través de la venta de sus productos busca obtener recursos para continuar con la manutención de su hijo de 13 años que se encuentra al cuidado de familiares, ya que su otro hijo ya cuenta con 24 años y desde el interior del penal los mantiene en su pensamiento.
“En mi caso ya llevo cinco años y no se me ha hecho pesado el tiempo porque siempre tiene uno que tener la mente ocupada en algo y solamente así no piensa uno en el lugar donde está. Al menos así he sobrevivido cinco años, donde a veces pienso que no estoy encerrada”, concluye Martha Mendoza.
La ciudadanía interesada en adquirir los productos mencionados o incluso aportar material para que las internas continúen con la elaboración de los mismos puede acudir directamente al departamento de Sicología del Cereso II de Gómez Palacio o comunicarse al teléfono 723-01-11, con el titular del área.
EVITAR LA DEPRESIÓN
“Se me va el tiempo. Es lo que nos hace falta aquí, para no caer en depresión”.
Dulce María Valdivia Sánchez, Interna del Cereso II
SOBREVIVIR AL ENCIERRO
“Al menos así he sobrevivido cinco años, donde a veces pienso que no estoy encerrada”.
Martha Mendoza Amaya, Interna del Cereso II
