No son casuales las temperaturas que estamos viviendo estos días en la Comarca Lagunera. Anteayer una nota de El Siglo de Torreón consignaba que se estaba próximo a abatir el récord de mayor calor registrado, que data ya desde 1982.
Es una especie de profecía cumplida; el calentamiento global causado por la mano del hombre es hoy ya perceptible a cualquiera, los efectos se sienten con tan sólo exponerse a la intemperie.
El problema es muy complejo, porque el deterioro tiene dos causas principales: la emisión de gases a la atmósfera, producto de la quema de combustibles fósiles y la erosión por la tala indiscriminada y los perpetuos atentados a la naturaleza, que desembocan en una conversión de selvas y bosques a desiertos.
Los árboles son además, considerados como elementos fundamentales para la generación de condiciones de lluvia, fenómeno indispensable para la preservación del equilibrio ecológico.
Decíamos que el problema es mucho muy complejo para atacarlo, sobre todo en el caso de las emisiones de gases, ya que éstos están relacionadas directamente con las industrias del mundo y la economía. Para rematar, el mayor contaminador el mundo es precisamente el país más rico y más poderoso en términos militares: los Estados Unidos, nación que ha rechazado el intento internacional de lograr la reducción de las emisiones de gases a través del Tratado de Kyoto, que los americanos se rehusaron a firmar. Sin la voluntad de los gringos de hacer esfuerzos reales para lograr la disminución, se habrá perdido, de entrada, la guerra contra el constante aumento de la temperatura mundial.
El otro factor está más focalizado en los países subdesarrollados, la deforestación encarnizada y la contaminación de suelos y ríos, le cuentan al mundo millares de hectáreas, que de un año al otro se transforman de bosques o selvas a paisajes áridos y desolados. En México, reportes señalan que tenemos contaminado alrededor de setenta y cinco por ciento de nuestras reservas de agua dulce y tan sólo el cinco por ciento, tiene características de excelente. El resto, recibe la calificación de tolerable.
La poda de pinos en las Sierras Madre de nuestra República cobran ya factura. Al pie de la Sierra Madre Occidental, la ciudad de Durango, otrora conocida por su agradable clima, lleva sufriendo por más de cinco días consecutivos registros que rebasan los treinta y siete grados centígrados: un auténtico infierno si se considera que se está al pie de lo que fue un bosque de coníferas.
El día de ayer, en la conferencia “Los Retos de la Aridez” dictada por el director del Centro de Descubrimiento de Diversidad en California, en el marco del Quinto Encuentro sobre Biodiversidad y Desarrollo Sostenible en La Laguna, Exequiel Excurra, lanza una advertencia directa: “¡cuídense los laguneros!, Cuiden el agua, hagan uso eficiente de este recurso”, ya que afirma que calentamiento global será mucho más sensible en las zonas ya de por sí áridas, que con el incremento en el termómetro disparará exponencialmente la evaporación de los lugares secos, acentuando la escasez del vital líquido en las zonas de más carestía.
Vaya, los que tenemos poca agua en lugares secos, nos vamos a quedar sin ella antes que el resto del mundo. Mensaje más directo, imposible.
Hace algunos meses el diputado Carlos Bracho presentó una iniciativa para la creación del Estado de La Laguna, que inmediatamente pasó a “la congeladora” por motivos de ambiciones de poder personales de los miembros de la partidocracia que vivimos.
Aquí en cambio, Bracho o cualquier otro legislador valiente y responsable, puede encontrar un campo de oportunidad para la promulgación de normas que permitan la reforestación y la preservación del entorno ecológico lagunero, tan ferozmente golpeado.
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