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Luis de la Calle

Lo deseable es posible

La elección la decidió el creciente número de ciudadanos pertenecientes a la clase media y la perdió la visión de que todo está mal en el país. Los resultados de la ENIGH 2006 son contundentes al respecto

La semana pasada se publicó la encuesta definitiva sobre las elecciones de 2006. No es una sobre las razones detrás de cada uno de los votos ni el recuento de éstos, sino la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH 2006) del INEGI.

La ENIGH cuantifica los ingresos y gastos totales, monetarios y no monetarios, de los hogares con base de una amplísima muestra a lo largo y ancho del país y para todas las clases sociales. Los resultados de la encuesta se presentan en deciles para capturar los patrones de ingresos y gasto para diez clases sociales simétricas en cuanto a su tamaño. La encuesta reúne las respuestas de decenas de miles de hogares a un detallado cuestionario que se levanta casa por casa. La especificidad de las preguntas permite la investigación sobre el comportamiento de diversas fuentes de ingreso, las alteraciones en los patrones de gasto, el impacto de programas sociales, la distribución del ingreso y en general sobre el bienestar material de las personas.

En particular, la ENIGH se utiliza como fuente para discernir el porcentaje de mexicanos de acuerdo a las distintas definiciones de pobreza. Además, la encuesta también se puede utilizar para evaluar el impacto en la población de diversas propuestas en materia fiscal, tanto de impuestos al ingreso como al consumo.

Los resultados recién anunciados por el INEGI están relacionados con la elección del año pasado ya que ahora se puede tener una idea más clara del bienestar que percibían los propios votantes entonces. A principios de 2006 Andrés Manuel López Obrador contaba con una importante ventaja en todas las encuestas de opinión, pero resultó derrotado al final del proceso. La ENIGH nos da una idea de por qué.

En la medida en que el candidato de la Alianza para el Bien de Todos se presentó como un rayo de esperanza y hablaba del futuro, encontró eco en la creciente clase media. No obstante, cuando decide radicalizar su discurso y sugerir que todo estaba mal y que por tanto se requería un cambio total de modelo, los votantes de clase media y los aspirantes a ella empezaron a temer las posibles consecuencias desastrosas de un giro de 180 grados y percibieron una incongruencia entre el discurso pesimista y la mejora material en su vida cotidiana. Más aún, el mayor error de López Obrador y sus asesores fue no darse cuenta que los indecisos y aquéllos dispuestos a cambiar su voto eran abrumadoramente de clase media, por lo que su discurso resultaba todavía menos atinado.

La elección la decidió el creciente número de ciudadanos pertenecientes a la clase media y la perdió la visión de que todo está mal en el país. Los resultados de la ENIGH 2006 son contundentes al respecto.

En primer lugar, reporta un incremento del ingreso real por hogar promedio entre 2004 y 2006 de 10.1 por ciento. En el espacio de dos años el hogar promedio mexicano contó con recursos superiores a diez por ciento una vez descontados los incrementos en precios. Más aún, si se mide en términos per cápita el aumento es todavía mayor al alcanzar 12.3 por ciento. Esto representa un incremento promedio en el bienestar y probablemente confirma la sospecha de que el crecimiento del producto interno bruto está subestimado ya que en el periodo éste creció sólo 7.8 por ciento.

El resultado es aún más impactante cuando se toma en cuenta el efecto sobre la distribución del ingreso. En la campaña de 2006 se insistió que no sólo el país iba mal, sino que los más desfavorecidos (todavía son muchos, aunque menos) estaban cada día peor como consecuencia de las políticas neoliberales. Sin embargo, los datos no concuerdan con esta visión de la realidad. Para los primeros cinco deciles (la mitad de la población donde se encuentran los pobres) el ingreso por hogar creció en promedio 18 por ciento y para los primeros dos (en que se encuentra la población en pobreza extrema) en 23.1 para el primero y 28.3 por ciento para el segundo.

En cambio, para los últimos cinco deciles (en que no hay pobres) el crecimiento del ingreso promedio por hogar fue de 9.58 por ciento.

De esta manera, los datos de la encuesta permiten predecir una caída en los porcentajes de pobreza cuando éstos se anuncien. De acuerdo a las últimas estimaciones de 2004, 47 por ciento de los mexicanos eran patrimonialmente pobres, es decir casi la totalidad de los ciudadanos en los primeros cinco deciles. Ahora bien, si se toma en cuenta que el incremento en el ingreso per cápita en el quinto decil entre 2004 y 2006 fue de 17.5 por ciento, es probable que un número no despreciable de ellos haya superado la barrera de la pobreza y que ahora el porcentaje nacional de pobres esté mucho más cerca de 40 que de 50 por ciento.

Amén de la importancia económica del progreso de las familias mexicanas, la mejoría tiene implicaciones políticas fundamentales:

1. Cuestiona a los profetas del desastre que han señalado repetidamente a la estabilidad macroeconómica y a la apertura comercial como nocivas para el bienestar. Justo cuando México llega al 2006 con la macroeconomía consolidada y la apertura del Tratado de Libre Comercio casi concluida (incluida para el maíz que ya se importaba libre de arancel con generosos cupos) las cifras muestran una mejoría notable en niveles y distribución del ingreso.

2. Recuerda la litis de la elección: modernización contra populismo.

3. Subraya la importancia de las reformas faltantes: una mejoría sustancial en el bienestar y la erradicación de la pobreza extrema están al alcance de la mano si se toman las decisiones correctas.

4. Señala que la expansión de la clase media es el principal motor de la economía.

5. Indica que el ciudadano promedio está dispuesto a apostar por la modernización del país si alguien se tomara la molestia de preguntarle.

Lo deseable, que México sea un país clasemediero, es posible si los ciudadanos exigen al Gobierno y a los políticos a apostar a favor del desarrollo y no de sí mismos como hasta ahora.

buzon@cmmsc.com.mx

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